En el mundo de los negocios, en el académico y también en el personal es habitual hacer presentaciones quizás apoyadas hace años por las filminas y hoy reemplazadas por las diapositivas del conocido Power Point o similares.
El punto es como lograr que la misma cumpla las metas de éxito propuestas por eso acompañamos algunas sugerencias que en cada caso se adaptarán según sean las circunstancias, pero permiten un marco general a la exposición.
1. Preparación
Es obvio que una persona se va a preparar antes de una presentación. Para los introvertidos esto es aún más importante que para los extrovertidos. Sólo un alto nivel de preparación permitirá dominar el tema. Esto significa que entender perfectamente todo en cada diapositiva.
Es mejor comprender hasta el último número- tamaño del mercado, datos de ventas- para que, si alguien quiere profundizar, se pueda responder sin problemas. La mejor manera para hacer esto es estar íntimamente involucrado al juntar la presentación, en lugar de dejar que alguien más lo haga.
2. Practica
“La práctica hace al maestro” es un dicho popular que calza justo para los introvertidos, no solo ayuda tener una presentación perfecta, sino que esto aumenta la confianza.
Hacer ensayos frente a personas que no estén familiarizadas con tu negocio o con la inversión. Familiares, amigos, extraños, puede ser de ayuda.
Practica también con ejecutivos de alto perfil, que aunque no son el target seguro estarán dispuestos a dar retroalimentación.
3. Mientras más claro, ¡mejor!
Una buena regla es que una presentación incluya espacio para preguntas y respuestas. Por ejemplo, si el espacio es de una hora es recomendable que esta dure 45 minutos. Esto beneficia principalmente a los introvertidos, ya que la exposición se convierte en una conversación.
Es ideal mantener las diapositivas simples. Son para apoyar puntos, no para dar toda una narrativa. Es mejor usar gráficas, diagramas y puntos importantes, pero el ponente debe tener sus notas aparte.
4. Foco
Una manera de hacer esto es usar el producto en la presentación. Es una gran forma para sentirse menos en una presentación y más como presumiendo el producto, sus características y beneficios. Al hacerlo las dudas estarán más orientadas a los negocios. ¿Quién lo usa? ¿Quién lo compra?
Si sabes que tienes un punto débil pide ayuda. Por ejemplo, si el tema del mercado es tu debilidad, invita a los responsables de ventas y marketing para que hablen de esos puntos.
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