¿Cómo creen los trabajadores que evolucionará su espacio laboral en los próximos diez años? ¿Y cómo entienden que esto afectará sus perspectivas de empleo?
La automatización es uno de los factores más considerados: aunque 73% opina que la tecnología nunca reemplazará la mente humana, 37% piensa que está poniendo en riesgo su puesto de trabajo y 60% prevé que serán pocas las personas que tendrán un empleo estable en el futuro. Frente a esta percepción, la capacitación cobra más relevancia que nunca: 74% está dispuesto a aprender una nueva habilidad o capacitarse con mayor regularidad.
Los datos surgen del último informe de PwC sobre «La fuerza laboral del futuro», que analiza la evolución del espacio de trabajo y las perspectivas de empleo hacia el año 2030. Además de proponer cuatro contextos laborales para ilustrar cómo grandes tendencias están redefiniendo el trabajo del futuro.
Las personas están cambiando la idea de una formación «para toda la vida» por una capacitación regular, no solo relacionada con las nuevas tecnologías, sino con habilidades netamente humanas, como administración de riesgos, liderazgo o inteligencia emocional.
Explica María Fernanda Álvarez Apa, gerente de consultoría de People & Change de PwC Argentina, «estamos viviendo una gran transformación en nuestra manera de trabajar. La automatización y la inteligencia artificial afectarán todos los niveles del negocio y su gente, modificando las búsquedas de talento y habilidades que las organizaciones necesitan. Será necesario educarlos en la agilidad, la adaptabilidad y el reentrenamiento, sobre todo en habilidades para afrontar el cambio»
Con respecto a la automatización específicamente, 73% de los encuestados cree que la tecnología no va a reemplazar nunca la mente humana y, en el mismo sentido, 86% opina que las habilidades humanas siempre serán requeridas. Además, 65% entiende que la tecnología los ayudará a mejorar sus perspectivas de empleo, aunque la opinión difiere según las geografías: mientras que los trabajadores de India y Estados Unidos se muestran más confiados (88% y 73%), los de Alemania y el Reino Unido demuestran mayor cautela (48% y 40%).
Sin embargo, 37% de los entrevistados en general considera que la automatización está poniendo en riesgo su puesto de trabajo – 4 puntos más que las respuestas del 2014-, y más de la mitad (56%) opina que los gobiernos deberían tomar medidas para proteger el empleo de los avances tecnológicos.
Comenta Álvarez Apa, «las organizaciones deberán incluir a su gente en la conversación sobre los avances tecnológicos en el espacio laboral. Esto contribuirá con una mejor comprensión de escenarios futuros, ayudará a estar mejor preparados para los cambios radicales, y a fortalecer las habilidades para cualquier impacto tecnológico. Tanto las compañías como los gobiernos tienen una gran responsabilidad en el rediseño del futuro del trabajo»
Cuatro contextos laborales
El informe de PwC presenta cuatro posibles escenarios para la fuerza laboral del año 2030. El análisis se basa en la evolución de grandes tendencias («megatendencias») que impactan en la sociedad en general, y en el mundo del trabajo en particular, como los cambios que redistribuyen el poder económico global, alteraciones climáticas y escasez de recursos, aceleramiento de la urbanización, cambios demográficos, o avances tecnológicos -como la inteligencia artificial, la automatización y el aprendizaje de las máquinas-, que afectan a todos los sectores e industrias.
Mundo azul: «el reino de las corporaciones». Las organizaciones consideran su tamaño e influencia como la mejor protección frente a la intensa competencia de sus pares y los nuevos participantes. En un mundo de talento extremo; los empleadores aseguran un núcleo de grupos de alto rendimiento, ofreciendo excelentes recompensas. El esfuerzo humano se maximiza mediante el uso sofisticado de tecnología, el desempeño laboral se exige al límite.
Mundo rojo: «las reglas de la innovación». Este mundo es una incubadora perfecta para la innovación, con organizaciones e individuos que compiten para brindar lo que los consumidores desean. La innovación es la materia esencial del trabajo, potenciada por la tecnología. Los proyectos prosperan rápidamente, y los especialistas permanecen el tiempo necesario para resolverlos. Las organizaciones más grandes recorren el mundo en busca de talento.
Mundo verde: «empresas más responsables». Las organizaciones desarrollan una fuerte conciencia social, un sentido de responsabilidad ambiental, y un enfoque en la diversidad y los derechos humanos. Los trabajadores se sienten atraídos por la oportunidad de trabajar para una organización que admiran y cuyos valores se corresponden con los suyos. Aun así, la competencia por los mejores talentos es intensa y la recompensa financiera sigue siendo importante.
«Mundo amarillo: los seres humanos, primero». Los trabajadores y las empresas buscan propósito y relevancia en lo que hacen. Las organizaciones sociales y comunitarias prosperan con mayor éxito. El capital del financiamiento colectivo (crowdfunding) fluye hacia marcas éticas y transparentes. La colaboración es clave: los trabajadores se identifican por sus habilidades, intereses y objetivos, y se reúnen en proyectos o iniciativas, por el tiempo que sea necesario.
Afirma Álvarez Apa que «nadie puede saber con seguridad cómo se verá el mundo en el 2030, pero las probables facetas de los cuatro contextos descriptos en el informe aparecerán de alguna manera y en algún momento. Las organizaciones y los trabajadores que entiendan y consideren estas potenciales alternativas, serán los que estén mejor preparados para el trabajo del futuro.
La automatización generará un rebalance y una reclasificación del trabajo como lo conocemos actualmente. Algunos sectores y roles desaparecerán, pero otros serán creados de cero». Y concluye, «Los humanos tendrán ventaja sobre la Inteligencia Artificial en habilidades como resolución de conflictos, liderazgo, inteligencia emocional, empatía y creatividad».
Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de hacerse empleable a pesar de los cambios que se generan en el contexto. Esto implica no sólo tener la capacidad de adaptarnos a un entorno cambiante e impredecible, sino también adquirir nuevas habilidades y experiencias en todas las etapas de nuestra vida, sobre todo considerando que vamos a vivir más años (se estima una mayor expectativa de vida). En muchos casos tendremos que repensar y reinventarnos varias veces a lo largo de nuestra vida laboral, desde una perspectiva de habilidades y no de puestos de trabajo»
Fuente: Revista Mercado
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