Cuando un grupo de desconocidos debe presentarse en una fiesta o reunión social, la pregunta que inmediatamente surge es: “¿A qué te dedicas?” o “¿En qué área trabajas?”. Como si únicamente nuestro empleo nos definiera como personas. Lamentablemente, para muchos, es cierto: son lo que hacen.
Como un Coach de Carrera experimentado, he visto gente que se pasa la vida entera definiéndose únicamente por su trabajo. Carecen de vida personal, familiar, amistades e incluso, de salud. Pero, cuando pierden su empleo, recién entonces “se viene el mundo abajo”.
Linda (no es su nombre real), de 52 años, era una de estas personas. Trabajó para la misma empresa por 28 años y, al regreso de sus últimas vacaciones, sin preámbulo o ceremonia, se le informó que prescindirían de sus servicios. Estuve presente cuando la notificaron y quedó devastada: “Entregué 28 años de mi vida a este trabajo, sacrifiqué mi vida personal, mis vacaciones e incluso relaciones valiosas y ¿Para qué? ¿Esto es lo que obtuve?”.
El concepto de “trabajo de por vida” fue reemplazado por “ciclos de reducción” e “inseguridad laboral crónica”. Sin embargo, muchos aún se aferran a la noción de que el empleo es el activo más valioso que poseen. Varios sostienen la creencia de que su puesto está garantizado y que la empresa siempre los protegerá. Esta gente padece una rara enfermedad que yo llamo “Delirio Laboral”. En el mundo cambiante en que vivimos, el trabajo de todos está en riesgo. TODOS. Nadie está excento.
Las tres grandes amenazas laborales son:
(A) “Automatización”, cuando mediante la inteligencia artificial, un software o un chatbot pueden reemplazarte.
(B) “Outsourcing”, cuando tu función es exportada hacia otra locación más económica y
(C) “Obsolescencia”, cuando tus habilidades o experiencia han caído en desuso. Dado los pasos agigantados en tecnología, el riesgo se amplifica; por lo que la posibilidad de perder tu empleo es muy, pero muy alta. Estar ciegamente comprometido al trabajo es un delirio.
¿Cómo evitar el Delirio Laboral?
Trata a tu empleo como algo momentáneo; como “una changa” (es un término lunfardo que se emplea comúnmente entre campesinos que van de un trabajo en otro). No se sienten arraigados en un lugar ni comprometidos, sino que se concentran en hacer su tarea y seguir viaje.
Una vez que pienses en tu empleo como algo temporario, cambiará tu mentalidad.
(A) Descubrirás que necesitas un plan de respaldo para cuando (y no “en caso de que”) tu trabajo
(B) Desarrollarás tu plan de respaldo con pasos firmes (por ejemplo: más redes de contacto, actualizar habilidades, capacitarte) y
(C) Confiarás en tu propio destino
Tu plan de respaldo puede ser aprender de tu competidor, capacitarte y aprender nuevas habilidades o, incuso, incubar una idea de negocio propio.
¿Cómo desarrollar el plan de respaldo?
Aconsejo nunca hacerlo solo. Pedir ayuda de un mentor (espero que cuente con más de uno), habla con gente de tu área, comienza a trazar redes de contactos y, lo más recomendable: asesórate con un Coach profesional para forjar una estrategia. Por sobre todo: sigue manteniendo agilidad en tu carrera y desarrollando nuevas ideas.
Mientras tengas un plan B, estarás mejor preparado que el 80% de tus colegas, que siguen perdidos en la ceguera del delirio laboral
Fuente: Adrian Choo – Director en Lee Hecht Harrison Business Singapur.
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