La convicción es un rasgo valiosísimo para un líder, pero lamentablemente, escasea. Eso se debe a que nuestro cerebro suele responder con miedo ante lo desconocido. Cuanto mayor es la incertidumbre, el cerebro cede el control al Sistema límbico, en el cual se generan las emociones como el pánico y la ansiedad.
Este mecanismo de defensa era funcional milenios atrás, cuando los cavernícolas se adentraban en territorio desconocido y no sabían qué peligros acechaban. La precaución extrema y el miedo eran fundamentales para la superviviencia. Pero, no son necesarios en la actualidad: son un obstáculo en el mundo de los negocios, en el que hay que tomar decisiones minuto a minuto disponiendo de información mínima.
Ansia de certeza
Queremos certezas. Al punto que nuestro cerebro está tan preparado para buscar certezas que nuestro subconsciente puede registrar y almacenar más de dos millones de puntos de datos para predecir el future. Y eso no es todo, sino que es la función primordial del neocortex (que es el 76% de la masa cerebral). Nuestro cerebro nos premia cuando hallamos certezas: si nuestros ancestros caverícolas estaban ansiosos por encontrar comida, su hallazgo era premiado con altos niveles de dopamina (además de un estómago lleno). Nosotros tenemos la misma sensación al escuchar música con ritmo pegadizo, o al completar un rompecabezas. Lo previsible satisface nuestra ansia de certeza.
Un gran liderazgo require convicción
En los negocios, las cosas cambian tan rápidamente, que hay muchísima incertidumbre acerca de lo que puede pasar el próximo mes (ni que decir, el próximo año). La incertidumbre consume la energía mental y vuelve ineficientes a las personas. El cerebro percibe a la incertidumbre como una amenaza, liberando cortisol, una hormona del estrés que afecta a la memoria, deprime el sistema inmunológico y aumenta el riesgo de hipertensión y depresión. Estas son cosas que ningún líder necesita si quiere que él y su equipo perduren.
Los líderes con convicción generan un ambiente de seguridad y certeza para todos. Cuando un líder está plenamente convencido de que tomó la mejor decisión posible, sus seguidores absorben inconscientemente esta creencia y el estado emocional correspondiente. Es una reacción involuntaria, producida por las denominadas “neuronas espejo”: reflejan estados emocionales de otras personas (especialmente aquellas que nos guían). Los líderes con convicción nos tranquilizan, nos muestran que hay certeza en el futuro y que estamos en la dirección correcta. Su convicción es compartida, neurológicamente, por todos.
Cuando los líderes demuestran convicción o certeza, generan que sus seguidores puedan tranquilizarse y concentrarse en lo que tienen que hacer. Cuando la gente se siente más segura, es más feliz y eficiente. Todo líder que demuestre convicción será exitoso y también lo será su gente.
Ampliar tu sentido de convicción es más sencillo de lo que crees. Para ayudarte en el proceso, mencionaremos algunas cualidades de líderes con convicción:
Son Fuertes (no duros). La Fortaleza es una cualidad importante para un líder. La gente espera que su líder sea fuerte antes de seguir su mandato; necesitan que tenga coraje, que sepa tomar decisiones difíciles en favor del grupo. Necesitan un líder que sepa mantener el barco a flote cuando azota la tormenta. Si el líder es fuerte, es muy probable que su gente también lo sea.
Muchos líderes confunden fortaleza con dominio, control y severidad, creyendo que siendo autoritarios demuestran ganan respeto. El respeto y la confianza se ganan solamente si se ofrecen primero. La gente imitará la conducta del líder y si es negativa, también lo será su reacción.
Confían en su instinto. Nuestros antepasados confiaban en su intuición para sobrevivir. Como nosotros no tenemos que enfrentar decisiones de vida o muerte a diario, debemos aprender a usar el instinto a nuestro favor. Muchas veces desoímos, otras tantas, nos excedemos y decidimos de manera impulsiva, creyendo que es nuestro instinto el que habla, cuando en realidad, se trata de suposiciones. Los líderes con convicción reconocen y aprovechan sus “corazonadas” y se apoyan en estrategias probadas para hacerlo:
- Reconocen sus propios límites. Ellos son capaces de identificar cuando están siendo demasiado influenciados por sus suposiciones y emociones o por la opinión de otra persona. Su capacidad de filtrar los sentimientos que no provienen de su intuición los ayuda a concentrarse.
- Dan espacio a la intuición. Los instintos no pueden ser forzados. Nuestra intuición funciona mejor cuando no estamos presionándola para llegar a una solución. Albert Einstein dijo que tenía sus mejores ideas mientras navegaba, y cuando Steve Jobs se enfrentaba a un problema difícil, se iba a dar un paseo.
- Mantienen un historial. Los líderes con convicción practican el arte de confiar en su intuición, pero también la ponen a prueba en pequeñas cosas, para saber si deben confir en ella cuando llegue el momento de tomar decisiones difíciles.
Son positivos. Los líderes con convicción ven un futuro brillante y tienen el entusiasmo y la energía suficientes para asegurarse de que todos los demás puedan verlo. Aunque parezca que lo hacen en forma natural, ellos saber que, cuando la situación se torna difícil el pensamiento positive aquietan el miedo y el pensamiento irracional, dirigiendo toda la atención del cerebro hacia actitudes y pensamientos libres de estrés. Esto es muy simple cuando las cosas salen bien y uno esté de buen humor, pero el verdadero desafío es mantenerse positive cuando hay que tomar decisiones y la mente está replete de pensamientos negativos.
Son seguros, pero no arrogantes: Nos convertimos en líderes confiados porque la confianza es contagiosa y nos ayuda a creer que el futuro depara grandes cosas. Pero, la clave está en evitar que esa seguridad no se convierta en arrogancia. La confianza se basa en la pasión y en la seguridad en uno mismo y en sus habilidades para hacer que las cosas sucedan. Pero cuando uno pierde noción de la realidad, comienza a creer que puede hacer determinadas cosas que no puede. Entonces todo se centra en la persona y en la satisfacción de su ego y no en los demás y el beneficio en común. La arrogancia quita credibilidad.
Los Buenos líderes son humildes. No dejan que su posición de poder o sus logros los hagan sentirse superiores. No dudan en “ensuciarse las manos” si tienen que hacerlo y no exigen a sus seguidores cosas que ellos no estarían dispuestos a hacer.
Aceptan que no pueden controlar todo. A todos nos gusta tener el control sobre lo que nos rodea. Después de todo, aquellas personas que están a merced de las circunstancias, no suelen llegar muy lejos. Pero el deseo de controlar todo es contraproducente cuando aquello que excede a nuestro dominio es interpretado como una falla personal. Los líderes saben reconocer aquellas cosas que exceden su control. Su convicción proviene de la inquebrantable fe en su habilidad para controlar aquello que pueden. No pintan la situación mejor o peor de lo que realmente es, y toman los hechos como son. Saben que lo único que realmente pueden controlar es el proceso mediante el cual toman decisiones. Es la única forma de enfrentarse a lo desconocido y el mejor método para mantener los pies sobre la tierra.
Enseñan con el ejemplo, no con palabras. Los Buenos líderes inspiran confianza y admiración a través de sus acciones y no de sus palabras. Demostrar la conducta que deseas en otros, aplicándola personalmente, tiene mayor impacto que solo describirla o exigirla.
Son emocionalmente Inteligentes. El Sistema límbico, en el cual se generan las emociones, reacciona ante la incertidumbre, como mecanismo de defensa, causando miedo que, a su vez; inhibe la toma de decisiones. Los líderes con convicción notan este miedo y saben reconocerlo antes de que asome. Saben que es una reacción primitiva del cerebro, tratando de imponerse sobre la razón y que deben tomar el control.
No dudan, ni especulan con “Y si…” Dudar, especular y preguntarse: “¿Qué pasaría si…”, solo arrojan leños a la hoguera del estrés y la preocupación. Hay millones de posibilidades ante cada decision. Si pasas demasiado tiempo analizando posibiliddes, no tendrás tiempo de llevar a cabo una acción productive, que te calme y te haga retomar el control.
Se arriesgan por su gente. Los líderes con convicción hacen lo que sea por defender a su gente. No señalan culpables ni reparten culpas y se hacen cargo cuando cometer errores. Dejan en claro que aceptan críticas, desafíos y otros puntos de vista que no sean los propios. Saben que necesitan comunicarse con su gente para saber tener perspectiva y saber qué quieren, sienten y necesitan.
En síntesis:
La convicción hace sentir cómoda a la gente con lo que está hacienda, y aumenta la confianza en que su trabajo importa. Saben que si dirigen su energía hacia una dirección determianda, obtendrán Buenos resultados. Esta creencia no solo brinda serenidad, sino que se convierte en una profecía de éxito que se autocumple.
Fuente: Travis Bradberry, autor del libro “Inteligencia Emocional 2.0”.
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