El currículum es la primera impresión de nuestro perfil que brindamos al mercado y por ende, debe ser consecuente con el objetivo que queremos alcanzar; es decir, realista y coherente.
Si se encuentra en plena búsqueda de empleo debe saber que, hay errores que pueden significar una gran marcha para nuestra reputación.
Mentir en el currículum es algo usual. Pero, ¿qué tenemos en mente cuando mentimos sobre nosotros mismos?
Unos por adornar la formación, otros por rellenar vacíos de experiencia, tomamos píldoras de irrealidad que llamamos “mentiritas” –términos que al parecer son menos dolorosos-, y que creemos que ayudan a una cierta parte de la sociedad a subir su autoestima durante la búsqueda de empleo.
Lamentablemente, detrás de una entrevista de trabajo hay una figura preparada a conciencia para ella: los reclutadores. Ellos son capaces de detectar este tipo de falencias. Veamos algunos ejemplos.
- PRIMERO: EN EL CURRÍCULUM.
Un reclutador o headhunter está totalmente acostumbrado y tiene en su mano herramientas que facilitarán la investigación de los candidatos sin ningún tipo de dificultad. ¿Vale la pena mentir? Esta es, tal vez, la pregunta más importante que debemos hacernos antes de enviar un cv. - SEGUNDO: EN LAS ENTREVISTAS.
Puede suceder que los candidatos que no están en línea con las necesidades de la oferta, aún así consiguen una primera entrevista. En este escenario, todos los consejos que conocemos sobre la entrevista se tornan infinitamente más complejos cuando los datos que debemos defender se basan en mentiras. Nos delatará el lenguaje corporal y la manera en la que respondamos ciertas preguntas. - TERCERO: EN EL PROPIO EMPLEO.
Pensemos en los casos en los que, a pesar de las dos etapas anteriores, una persona consigue un puesto. ¿Qué se hace en ese caso? ¿Vale la pena mentir? Llegar a este punto supone un problema enorme para la empresa, que habrá perdido dinero, tiempo y paciencia, pero para el trabajador la situación no se postula mejor: con la intención de conseguir su oportunidad, puede llegar a demostrar un gap mucho mayor, no sólo en conocimientos, sino en valores personales, a los ojos de la empresa que lo contrató y, desgraciadamente, al mercado.
La conclusión es obvia pero no menos importante, y es que un cambio de mentalidad es importantísimo antes de ejercer una óptima búsqueda de empleo. Para ello, necesitaremos humildad, autocrítica, y motivación: crear objetivos reales y medibles, y, sólo a partir de entonces: actuar en consecuencia.
Fuente: LHH Spain
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