
Los grandes líderes recurren a múltiples conjuntos de habilidades para resolver desafíos complejos o guiar a sus equipos hacia un mayor crecimiento. Identificar la solución adecuada desde una posición de liderazgo es, en sí mismo, una competencia que se desarrolla con el tiempo y con experiencias variadas.
Cuando una persona alcanza un rol de liderazgo, probablemente ya haya cultivado un rango amplio de capacidades. Adoptar un enfoque que se apoye en distintas facetas de su trayectoria le permite gestionar de manera más efectiva en el presente.
Esta idea de que nuestras experiencias diversas moldean la forma en que podemos optimizar la gestión de colaboradores con características únicas, representa la esencia del liderazgo multidisciplinario. Quienes lo practican empatizan con los miembros de su equipo y utilizan su repertorio de habilidades y experiencias profesionales para brindar un apoyo ajustado a las necesidades individuales.
A continuación, se presentan algunas estrategias para fomentar un estilo de gestión más multidisciplinario.
Emoción y experiencia
La inteligencia emocional y las prácticas de mindfulness han cobrado protagonismo en el ámbito laboral en los últimos años, y con justa razón. La empatía es clave para que los equipos se alineen en torno a valores y una misión compartida. Cuando esto sucede, están mejor preparados para impulsar una cultura organizacional coherente y sostenible en el tiempo.
Quizás en algún momento hayas acompañado a un colaborador que atravesaba una situación personal difícil, un cambio en su puesto o un cliente especialmente desafiante. O quizás fuiste vos quien pasó por esas experiencias. Los líderes que saben adaptarse rápidamente al cambio tienen mayor capacidad para responder de manera adecuada y, además, cuentan con la habilidad de orientar las emociones hacia un camino constructivo.
Un estudio reciente mostró que los gerentes con mayor inteligencia emocional cuentan con equipos más felices, creativos y con una visión más clara de oportunidades de desarrollo. Un estilo de gestión rígido, uniforme o carente de empatía no alcanza para impulsar la evolución profesional de las personas. El objetivo de un líder multidisciplinario debería ser ayudar a los empleados a no juzgar lo que sienten, sino a canalizar esas emociones hacia la acción productiva.
Cuando la autodirección es lo mejor
Muchos de nosotros hemos vivido momentos en nuestra carrera en los que deseábamos que un jefe nos diera más directrices. Sin embargo, también es cierto que superar obstáculos de manera autónoma, en cualquier nivel, contribuye a formar empleados más seguros y autosuficientes.
El equilibrio es fundamental: brindar libertad dentro de un marco claro de lineamientos fomenta un mayor sentido de dominio y confianza.
Como líder, preguntate en qué situaciones podes alentar el crecimiento a través de la experiencia directa, especialmente en colaboradores jóvenes o de nivel intermedio. Cada persona concibe el trabajo de manera diferente; por eso es esencial habilitar caminos que les permitan desarrollar su propia forma de ejecutar tareas.
Claro que las pautas y la orientación son necesarias, pero también es clave dejar espacio para que los empleados encuentren sus propias soluciones. Adoptar la visión de que tu rol consiste en acompañar durante el proceso y no en hacerlo por ellos, marca una diferencia enorme.
El arte del equilibrio
Los líderes multidisciplinarios reconocen que un único enfoque no sirve para todos los colaboradores ni para todas las situaciones. Entienden la necesidad de equilibrar múltiples ideas y estilos de gestión para motivar al equipo hacia metas comunes.
Integrar distintas perspectivas implica que los líderes se encuentren con sus equipos en el “aquí y ahora”. Aunque podamos especializarnos en un área, las diferencias en la manera de trabajar son habituales en todas las industrias.
Para abordar estos factores, es indispensable la curiosidad: aprender sobre cada persona, preguntar, escuchar. Mantener una apertura genuina al feedback y a los aportes , tal como se espera de un nuevo integrante del equipo o de un mentorado, ayuda a reconfigurar las dinámicas laborales. De esta forma, se reconoce y aprovecha la diversidad de aportes que los colaboradores pueden realizar, y se pueden alinear con los incentivos y estilos de liderazgo que mejor los movilicen.
Liderar con flexibilidad y diversidad de experiencias
El liderazgo multidisciplinario es tanto el fruto de una trayectoria diversa como de un compromiso con la flexibilidad. Implica la disposición de reflexionar no solo sobre la propia experiencia, sino también sobre la de los demás.
Ese ejercicio de reflexión inspira un enfoque más personalizado de la gestión, donde el objetivo no es solamente corregir errores, sino también compartir historias de crecimiento personal que motiven y fortalezcan a los equipos.
Convertirse en un líder multidisciplinario significa reconocer que la verdadera fortaleza no está en aplicar siempre la misma fórmula, sino en tener la sensibilidad y la inteligencia para elegir, en cada situación, el recurso más valioso que tu recorrido profesional y humano pueda aportar.
El liderazgo efectivo requiere práctica, experiencias y guía. En LHH ofrecemos programas que acompañan a líderes y equipos a superar retos y alcanzar resultados sostenibles.
Hablemos sobre cómo podemos trabajar juntos.
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