“La vida no se trata de encontrarse a uno mismo. La vida es sobre crearse a uno mismo”, George Bernard Shaw
Comenzaremos diciendo que la marca personal sobrevive a la profesional, el ejemplo básico puede ser que una startup deje de existir significa el fin de una marca profesional, pero la personal sobrevive, porque va unida al emprendedor más que al proyecto. Invertir en Personal Branding es hacerlo también en visibilidad para futuros proyectos.
A partir de esta descripción la propuesta es reflexionar sobre valores, atributos, contactos, actitudes, coherencias y tiempo como ejes de nuestra introspección.
Descubrir los propios valores: «¿Quién eres? ¿Qué ofreces? ¿Qué aportación realizas al mercado? ¿Qué te hace diferente? Estas son las primeras cuestiones que debe plantearse un emprendedor para construir su propia marca personal y así definir los valores que lo hacen relevante y diferente del resto. Es importante hacer una lista con los puntos fuertes y débiles: atributos que el propio emprendedor ha de identificar como suyos, sin caer en el error de proyectar en sí mismo valores ideales con los que realmente no se identifica», explican los expertos de Spain Startup-South Summit, en base a una investigación sobre este tema.
«¿Cuáles son los atributos personales más demandados? Creatividad, carisma, eficacia, especialización, adaptabilidad, ética, polivalencia o rapidez. ¿Todos valen para crear la marca personal? Depende de la situación, la tipología del proyecto y, por supuesto, las propias capacidades personales».
«De nada sirve ser muy relevante profesionalmente si nadie te conoce”. El networking es, por lo tanto, un factor clave para generar visibilidad y desarrollar la marca personal.
¿Cómo generar estos vínculos relacionales? Es fundamental retomar contactos anteriores, organizar eventos propios y asistir a ferias, congresos o seminarios del sector, donde ‘dejarse ver’ y al mismo tiempo conocer a los profesionales más relevantes de ese ámbito. Ser prescriptor de otros que forman parte de tu red de contactos, realizando algunos favores o apoyando a alguien de manera altruista, siempre puede ser una ventaja para fortalecer y crear nuevos vínculos», argumentan.
La perseverancia es una cualidad-actitud fundamental de cualquier emprendedor para sacar adelante su proyecto. En este caso, juega un papel fundamental la gestión del fracaso y qué consideración tiene en la sociedad.
Para contar con una buena reputación es imprescindible saber transmitir credibilidad, coherencia, seguridad y construir un discurso transparente, que genere confianza. La naturalidad y adaptación del mensaje a nuestras formas y maneras son también premisas fundamentales.
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