Cuando los líderes puedan traducir estas tácticas a sus empleados, los equipos no solo experimentarán más seguridad psicológica, sino que también tendrán la oportunidad de prosperar.
Imagina a un empleado dentro de un equipo de trabajo que ha dedicado días a preparar una presentación importante después de lograr un hito significativo en un proyecto. Llegan a la reunión entusiasmados por compartir su trabajo con colegas y su gerente. Sin embargo, en lugar de recibir un análisis constructivo, el gerente comienza a criticar duramente la presentación, desestimando las ideas del empleado. Para empeorar la situación, sus colegas asienten en señal de acuerdo con el gerente.
Si has estado en los zapatos de este empleado, sabes lo frustrante que puede ser. En ese momento, expresar tus ideas o aclarar malentendidos puede sentirse arriesgado, ya que podrías enfrentarte a represalias o más rechazo. Peor aún, este tipo de experiencias puede llevar a dinámicas dañinas en el equipo, como la conformidad y la colusión, que minan la confianza y la motivación.
Conformidad y colusión: qué son y cómo impactan al equipo
La conformidad ocurre cuando las personas ajustan su comportamiento para alinearse con las normas sociales, incluso sacrificando su autenticidad, con tal de evitar el rechazo o la exclusión. En el lugar de trabajo, esto puede traducirse en empleados que evitan expresar ideas innovadoras por temor a ser criticados.
Por otro lado, la colusión implica que las personas trabajen juntas de manera desleal para obtener ventajas. En el ejemplo inicial, el colega que se une a las críticas del gerente actúa de manera colusiva para ganar su favor. Aunque estas conductas suelen ser inconscientes, crean un entorno tóxico que divide al equipo en «grupos internos» y «grupos externos».
El impacto neurológico
Ambas dinámicas tienen efectos negativos en el cerebro y el sistema nervioso:
– Conformidad: Puede generar una respuesta de «congelamiento», donde los empleados se sienten atrapados, confundidos y ansiosos. Con el tiempo, esto puede llevar a la indefensión aprendida, un estado en el que las personas sienten que no tienen control sobre sus circunstancias.
– Colusión: Provoca una respuesta de lucha o huida, aumentando sentimientos de frustración, impaciencia y, a veces, desprecio hacia los demás. A nivel químico, la colusión puede liberar dopamina y oxitocina, reforzando los lazos entre los miembros del «grupo interno» a expensas de excluir a otros.
Cómo mitigar la conformidad y la colusión en el lugar de trabajo
Para crear un entorno en el que los equipos se sientan seguros psicológicamente y puedan prosperar, los líderes deben ser proactivos al abordar estas conductas. Aquí hay estrategias prácticas:
1. Interrumpir dinámicas de colusión
Si notas que varios miembros del equipo están criticando o excluyendo a alguien, lo mejor es intervenir de manera estratégica. Por ejemplo:
– “Estoy notando tensión en la sala. ¿Podemos detenernos un momento y abordar esto?”
– “Parece que X está recibiendo muchos comentarios. Me gustaría asegurarnos de que la conversación sea constructiva.”
Aunque no tengas una solución inmediata, simplemente reconocer la situación puede frenar los efectos negativos de la colusión.
2. Practicar empatía táctica
La empatía táctica implica notar y nombrar lo que ocurre emocionalmente en el equipo sin reaccionar de forma exagerada. Por ejemplo, si observas que un empleado parece ansioso o retraído, reconoce su estado emocional y trabaja con él para resolver el problema:
– “Parece que este tema te está preocupando. ¿Cómo puedo ayudarte a abordarlo?”
3. Guiar individualmente a quienes están en un estado de conformidad
La solución a la conformidad es empoderar a los empleados para que recuperen su autenticidad. En reuniones uno a uno, puedes hacer preguntas como:
– “¿Qué te está impidiendo expresar tus ideas en las reuniones?”
– “¿Qué obstáculos estás enfrentando que yo pueda ayudar a eliminar?”
Además, considera derivarlos a recursos internos, como programas de coaching o bienestar mental, que puedan apoyarlos en su desarrollo personal.
4. Responsabilizar a quienes actúan de manera colusiva
Para contrarrestar la colusión, fomenta valores como la integridad y la vulnerabilidad. Proporciona retroalimentación directa y pide a los empleados que reflexionen sobre su comportamiento:
– “¿Cómo crees que tu actitud está impactando al equipo?”
Esto ayuda a promover un ambiente de respeto y apertura.
Liderar con el ejemplo
Los líderes juegan un papel fundamental en romper las dinámicas de conformidad y colusión. Mostrar valores sólidos, ser transparente y expresar opiniones de manera constructiva, incluso cuando difieran del consenso popular, sienta un ejemplo poderoso para el equipo.
Cuando los líderes implementan estas tácticas y fomentan la seguridad psicológica, los equipos no solo evitan caer en estas trampas comunes, sino que también prosperan. Crear un entorno donde los empleados se sientan escuchados, valorados y empoderados es clave para construir equipos motivados y confiables.
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