La mejora de la productividad del colectivo trabajo ha sido una de las preocupaciones importantes de las organizaciones y ha atravesado diferentes etapas desde los «baby boomers» a hoy que encuentra a la generación millennial, con factores determinantes en la motivación laboral los cuales no están tan ligados, o al menos no exclusivamente, a los incentivos monetarios.
A los nuevos empleados, cada vez más preparados y educados en unos valores diferentes, les motivan otras cuestiones, entre las que destacan estas cuatro:
La autonomía en el trabajo. Cuando un empleado tiene la suficiente libertad para tomar decisiones y organizar su trabajo sin depender en todo momento de la aprobación de su superior, se vuelve más activo y creativo, lo que redunda en un trabajo de más calidad y rentabilidad.
La flexibilidad. Entendida en su modo más amplio: de funciones, objetivos, horarios, métodos de trabajo, etcétera.
El networking. Un estudio de LinkedIn entre empleados españoles sitúa a los actos y eventos de networking como la mejor manera de desarrollarse profesionalmente y poner en marcha proyectos interesantes.
La motivación trascendente. Además de la motivación intrínseca y de la extrínseca, la nueva hornada de trabajadores sienten una gran satisfacción por formar parte de una empresa que promueva valores solidarios, de defensa del medio ambiente y de la justicia económica y social. Es lo que se conoce como motivación trascendente.
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