Mirar las novedades en Facebook, Twitter o Instagram es una gran forma de estar conectados con los amigos y la familia, pero también quitan tiempo valioso a nuestro día. Las redes sociales se han convertido en adicción.
No sólo las llamadas y los mensajes de texto son grandes distractores. La alternativa de poner el celular en silencio es mejor que nada, pero cuando vibra en el escritorio nos distrae igualmente y vamos a ver qué pasa. Si de verdad no queremos distraernos, hay que apagarlo o ponerlo en modo de avión mientras se trabaja.
Esta no va de la mano de la tecnología pero por su importancia es imprescindible tenerla presente: Aceptar entrevistas no programadas. Sino forman parte de nuestro trabajo específico hay que evitarlas, porque nos sacan del foco de lo que estamos haciendo. Claro que las emergencias surgen y a veces se necesita tener una cita a último minuto, pero que no se convierta en hábito.
Citemos el refrán: “El tiempo es oro”.
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