Existen algunos factores que conviene seguirlos bien de cerca para potenciar la actuación de las personas que repercutirán positivamente en el desarrollo de cada empresa independientemente de su tamaño, con algunas adaptaciones según hablemos de PYMES o de las grandes.
Es necesario establecer metas definidas para que nuestros esfuerzos se focalicen y sacar el máximo partido de nuestras competencias y habilidades. Saber “donde” llegar antes de comenzar el camino.
Otro punto importante es conocer nuestras propias fortalezas y áreas de mejora. Hay que realizar un control de los objetivos para ayudar a las personas a descubrir su potencial.
Trabajar en equipo ayuda al desarrollo individual pues permite aprender de los demás y desarrollar habilidades como el trabajo colaborativo.
Debe existir un flujo de información vertical, desde los dirigentes a los trabajadores. La falta de comunicación o el efectuarla incorrectamente produce efectos no deseados tanto en la consecución de los resultados como en el desvío de los objetivos propuestos.
El buen clima laboral incita al trabajo en grupo y derrama en el trabajo que cada persona ejecuta teniendo en cuenta su rol en la organización.
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