Uno de los momentos que realmente disfruto los domingos a la mañana, es revisar con calma mi casilla de emails en busca de alguna sorpresa. Estoy suscripto al newsletter de María Popov, llamado “Brain Pikings”, que ofrece colecciones interdisciplinares de escritos de los campos del arte, la ciencia, la psicología, el diseño, la filosofía, la historia, la política, la antropología, entre otros. Aprecio mucho las perspectivas compartidas a través de sus artículos.
Algunas semanas atrás, publicaron un cuento infantil de un autor e ilustrador francés, Olivier Tallec, llamado “Luis I, rey de las ovejas” (Louis I, King of the Sheep), editado por Enchanted Lion Books. Narra la historia de una simple oveja, llamada Luis que, mientras estaba pastando una tarde cualquiera, del cielo cayó una corona que se colocó sobre su cabeza. A partir de ese suceso inesperado, Luis se nombró Rey y comenzó un viaje de descubrimiento sobre de las ventajas y desventajas que el poder le brindaban. Inmediatamente, comienza a trazar su vida como Rey de las Ovejas.
Soñaba con un gran trono y una cama extravagante y en cómo se diferenciaría del resto de las ovejas, que ahora serían sus leales súbditos. Su ambición crecía y crecía: comenzó a recibir a los mejores artistas del mundo en su palacio. Los embajadores hacían fila para presentarse a rendirle homenaje. A medida que Luis se intoxicaba con su poder imaginario, sus deseos se tornaban más siniestros y oscuros. Entonces ebrio de poder, sintió la necesidad de disciplinar a sus súbditos, obligándolos a marchar al son de sus caprichos. Un día, decidió que sólo aquellas ovejas que más se le asemejaran serían las únicas que podrían vivir en su reino, condenando a las demás al exilio. La historia finaliza como empieza: con un mágico viento volándole la corona de la cabeza y, de pronto, Luis ya no es rey sino una oveja más del rebaño.
Este cuento simple pero profundo, capta la escencia del liderazgo, particularmente la relación con el poder que deviene de ser un líder. Muchas veces, cuando los líderes asumen ese rol, tienen dificultades con el manejo del poder. Al igual que Luis, muchos crean una visión alterada de lo que podrían lograr y del trato que creen que deberían recibir. Muchos líderes se intoxican con el poder. Se convierten en ególatras y tiranos. Pretender pasar por ovejas, solo para relacionarse con la masa que dirigen, cuando en el fondo, son lobos y se piensan superiors que los demás.
La moraleja de la historia es que el poder es una circunstancia, a veces, una casualidad del destino. Puedes ser líder un día, pero no hay garantías de que lo seas siempre. El poder es efímero y tan pronto se gana, se puede perder.
Entonces, ¿Qué es lo que este cuento nos enseña? En su síntesis del libro, María Popov explica: “Es una metáfora creativa e inteligente de la responsabilidad inherente al poder”. Es una lección que coincide con las ideas que comparto en mis libros y blogs: Si persigues el liderazgo por beneficio personal e ignoras la responsabilidad que tienes para con la gente que diriges, estás condenado al fracaso.
Como líderes debemos recordar siempre que: Con gran poder deviene una gran responsabilidad. Aquellos líderes que ignoren ese principio, terminarán siendo últimos entre las filas de los que quieran liderar.
En el GutCkeck de esta semana preguntamos: ¿Estás Intoxicado por el poder?
Fuente: Vince Molinaro – Global Managing Director, Strategic Solutions Lee Hecht Harrison; Speaker; and New York Times Best Selling Author of The Leadership Contract.
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