Nadie se convierte en líder pensando en que va a fracasar. Pero, tarde o temprano, todos enfrentamos traspiés. La forma en la que reaccionamos es la que nos define como líderes.
En esta época tan desafiante, adquirimos perspectiva sobre el temple y la visión de los líderes de negocios, políticos y deportivos. Líderes como Edward Lampert, quien tomó las riendas de Sears, como CEO en 2013 y desde entonces, implementó todo tipo de estrategias para mantener la empresa a flote durante una de las etapas más difíciles para la industria minorista. Las acciones de la compañía están en baja y se calcula una pérdida de mil millones de dólares al año. La empresa está despidiendo personal y cerrando tiendas. Por su parte, Lampert, se mantiene como un estoico defensor de Sears.
Sin embargo, Lampert inició una ofensiva, señalando detractores de la marca y acusando a los medios empresariales de socavar todos sus esfuerzos por salvar a la compañía. En la reunión anual de accionistas de la compañía, a comienzos de mayo, Lampert hizo una presentación en la que acusó a los medios de maliciosos a la hora de cubrir información sobre el sector retail, particularmente, de Sears. Para ello, empleó más de una década de noticias y titulares negativos, argumentando que el problema de Sears radica en una profecía autocumplida, generada por los medios informativos. “Es un manejo irresponsable y lo fue durante mucho tiempo. Sólo queremos un trato justo; una oportunidad”, explicó Lampert durante la reunión y expresó: “Disculpen la tonalidad de mi discurso, pero quiero que todo nuestro esfuerzo salga a la luz”.
Es una estrategia inusual culpar de todos los problemas fundacionales que encara el sector retail en algo tan banal como los titulares negativos. Pero la frustración de Lampert parece estar manifestándose en todo tipo de ataques extraños a cualquier persona que él considera enemiga de sus intentos por salvar la marca.
Transcurrido poco tiempo de esa reunión, Lampert estaba nuevamente en los titulares, luego de que publicara en el blog de la compañía que muchos proveedores estaban sacando provecho de las desventuras de Sears y acusó a One World Technologies (con base en China), de ser uno de los primeros en sacar ventaja de la situación. Esa empresa, abasteció durante los últimos nueve años a Sears, proveyendo las herramientas Craftsman, que se venden en la tienda. Lampert dijo que One World lo amenazó con iniciar juicio para rescindir el contrato que mantiene con Sears para abastecer a otro cliente. “No permitiremos eso”, afirmó Lampert. No somos una empresa litigante, pero haremos lo necesario para proteger nuestros derechos, hacer que One World cumpla su contrato y asegure que nuestros clientes no se vean afectados por esta disputa comercial”.
Admiro a un líder que es capaz de defender su compañía ante hostilidades de competidores o proveedores. Sin embargo, ese tipo de esfuerzos deben hacerse un modo tal que no empeoren la situación de la empresa. Lampert quizás no tuvo en cuenta el impacto que sus comentarios en el blog causarían: las acciones de Sears cayeron 12% el día en que publicó su artículo.
¿Por qué Lampert está a la defensiva y ataca tanto? Puede ser, luego de analizar su biografía, que no haya probado lo que es el fracaso. En 2002 fue el primer Gerente de Finanzas que logró ganar más de 1 billón de dólares al año. En 2004 y de acuerdo a lo publicado por la revista Forbes, había superado el valor neto de 4 mil millones y en 2006, fue nombrado una de las 100 personas más influyentes por la revista Time.
Sin embargo, al asumir como Ceo de Sears, su record cambió drásticamente: su patrimonio se redujo a la mitad y, por lo visto, ya no está encabezando listados de personas influyentes. Se ve de pronto, ocupando el lugar de un líder que lucha por rescatar a una empresa de retail icónica y con un futuro que parece incierto. No sabemos si logrará encontrar la victoria dentro de las fauces de la derrota, pero si Sears fracasa, no será a causa de Lampert.
Todo esto me lleva a pensar en cuál es la labor más difícil para un líder: reconocer el fracaso.
A veces, por más que uno haga todo correctamente, trabaje duro y planifique; las cosas fallan. Ocurre en los negocios y en la vida misma. Sin embargo, la forma en la que reaccionamos y sobrellevamos las derrotas es lo que nos define como líderes (y como personas). Los grandes líderes han probado la derrota más de una vez y porque supieron sobrellevar esos golpes con gracia, compostura y clase, aprendieron de esas experiencias y se tornaron en mejores líderes.
En el Gut Check de esta semana preguntamos: ¿Te haces cargo de tus fracasos?
Fuente: Vince Molinaro – Global Managing Director, Líder de Estrategias para Lee Hecht Harrison.
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