El término “espiral descendente” está en boga. Con todo lo que ocurre en el mundo en estos días, es más que comprensible. Luego de una breve búsqueda en la web, encontré cantidad de historias en las que el término (definido como una trayectoria descendente e imparable), es empleado para describir personas, empresas y países enteros.
El presidente estadounidense, Donald Trump lidera los encabezados debido a las controversias generadas por él y su equipo. Todos predicen que se avecina una larga y estruendosa caída. El senador republicano, Bob Corker, apareció en todos los medios de comunicación cuando dijo que el presidente y toda su administración estaban en una espiral descendente: “Deben encontrar la forma de hacerle frente a todo lo que está ocurriendo”, esbozó Corker a comienzos de mayo pasado.
Sin embargo, Trump no está solo. A comienzos de este año, se habló de “espiral descendente”, al analizar el funcionamiento de Twitter (por su imposibilidad de detener los comentarios falsos y abusivos que se publican en su red), Uber (por las acusaciones de acoso sexual y las demandas colectivas), grandes minoristas como Sears (despidiendo empleados y cerrando sucursales para evitar su caída libre); e incluso, países enteros como EE.UU y Reino Unido golpeados por violencia e inestabilidad política.
El multimillonario Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates y del Fondo Hedge Fund, publicó en LinkedIn que confía en la evidencia que inculpa a Trump por obstruir una investigación del FBI y que los resultados de la elección mal dirigida de la Primer Ministro Británica, Theresa May (en la cual su partido fue reducido a una minoría), son pruebas de que la “disfuncionalidad” está a la orden del día en ambos países. “Estas condiciones no hacen más que aumentar la polaridad emocional y antagónica… y eso puede crear una espiral descendente que se auto refuerza”, explicó Dalio.
Quizás es por mi empleo y la gente con la que trabajo, pero creo que el elemento común en todas estas historias es (sí, acertaron), el liderazgo. Más precisamente, la falta de liderazgo efectivo y responsable.
Muchos de los casos mencionados son generados por factores externos. El caso de la industria del retail es un ejemplo de cómo empresas bien lideradas fueron devastadas por el cambio en la forma en la que la gente adquiere productos y servicios. El modelo del sector minorista cambió por completo, exigiendo que sus líderes adoptaran otra mentalidad. Reitero: aunque a veces esto se deba a presiones externas, las fallas en el liderazgo son las que generan espirales descendentes.
Lo he visto una y otra vez con clientes que he ayudado.
Aquí algunas formas de anticipar la caída en una espiral descendente:
- Los líderes senior creen que nada malo ocurre. Justifican los malos resultados. Cualquier intento por advertirles es tomado con animosidad y maniobras defensivas.
- Los líderes más débiles comienzan a señalarse con el dedo y repartir culpas.
- Las luchas internas se vuelven la norma de trabajo y la forma de relacionarse. No hay confianza y todos compiten entre sí.
- No se puede avanzar. Cada quien trabaja por propósitos distintos. Es emocionalmente agotador y un desperdicio de energía y recursos.
- Se reducen costos, se generan ganancias a corto plazo sin pensar en el impacto en el largo plazo.
- Las personas realmente talentosas “abandonan el barco” evitando resolver los problemas de su empresa y protegiendo su marca personal.
- Quienes se quedan, se sienten abandonados y pierden la esperanza. Cuando ellos comienzan a irse, el fin se acerca.
¿Alguna de estas situaciones te resulta familiar? ¿Algo de esto está ocurriendo en tu empresa? Si alguno (o varios) de estos signos se dan dentro de tu organización, puede que estén por caer en una espiral descendente y sin control.
La mejor respuesta que se puede dar desde el liderazgo, es evitar en primer lugar, que la espiral se forme, asegurándose de que organización mantenga una dirección positiva. Aquí algunas prácticas que este tipo de líderes emplean:
- Tienen la mirada puesta en el futuro y en lo que su organización necesita para reaccionar ante emergencias y oportunidades.}
- Son cercanos con sus clientes para comprender así sus problemáticas y cómo la empresa puede resolverlas.
- Están en sintonía con su gente. No dependen de sus reportes inmediatos para comprender el estado de su organización, acuden directo a la fuente: a los empleados de primera línea para averiguar sobre sus frustraciones y nivel de compromiso.
- Son capaces de transformar rápidamente su fuerza de trabajo, encontrando a las personas con las habilidades necesarias para asegurar el éxito futuro. Lo que mi colega, Michelle Moore denomina “talento disruptivo”.
- Eliminan a los líderes mediocres o irresponsables y ayudan a implementar los cambios.
- Alientan al fracaso veloz, para descubrir aquello que falla y cambiar de enfoque velozmente y avanzar.
Creo que si los líderes abordaran su trabajo con un verdadero sentido de responsabilidad, serían menos propensos a caer en espirales descendentes. La mejor manera de evitar una espiral es evitando que se forme.
En el Gut Check de esta semana, preguntamos: ¿Podés evitar una espiral descendente?
Fuente: Vince Molinaro – Global Managing Director, Líder de Estrategias para Lee Hecht Harrison.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.