Durante mis viajes alrededor del mundo, he notado que, es cada vez más frecuente una problemática en torno a líderes en ascenso, que se tornan exigentes o demandantes antes de darlo todo por el rol que ocupan. Para ejemplificarlo, describiré dos situaciones:
Carl hace tiempo que sueña con ocupar un cargo de Gerente Senior en su empresa. Sin embargo, mientras espera su tan preciado ascenso, se queda expectante, manteniendo un patrón de “trabajo a reglamento”. Carl sabe que podría demostrar desde ahora las cualidades de un líder efectivo; podría estar motivando y apoyando a sus colegas; podría asumir mayor responsabilidad, gestionar nuevos proyectos o, simplemente, brindar su punto de vista sobre los temas claves que conciernen a su equipo. Podría trabajar en proyectar la imagen de líder que quiere ser. Sin embargo, Carl se sienta a esperar el anhelado ascenso, prometiendo a sus colegas que se ocupará de todo cuando asuma su nuevo rol y, mientras tanto, se mantendrá ajeno.
Por otro lado, tenemos a Mona. Ella, al igual que Carl, se encuentra entusiasmada ante la posibilidad de una promoción que cree que merece. Pero, a diferencia de su colega, ella toma otro enfoque de la situación. Mona exuda actitud de líder mucho antes de que se confirme su ascenso. Porque, para ella, no se trata del título sino del modo de actuar con sus colegas, de inspirar confianza y seguridad. Mona cree que si ella comienza por demostrar los comportamientos y actitudes de un líder responsable, tendrá más chances de lograr el ascenso que desea; sabe que todos los que desean ocupar un rol de liderazgo no deben esperar sino actuar.
¿A cuál de estos aspirantes a líderes le darías el ascenso?
Cuando expuse estos ejemplos, la mayoría de la gente elige a Mona porque ella lo toma como una oportunidad para demostrar su capacidad de trabajar duro y en forma responsable. Ella demuestra estar a la altura del desafío que se le presenta. Carl, cree que sólo es una cuestión de investidura o cargo. La imagen que proyecta es la de que la empresa le “debe” algo y hasta que no lo obtenga, no se molestará en “dar” nada extra.
En mi experiencia como líder, aprendí que aquellas personas que solo son capaces de dar una vez que obtienen algo a cambio, suelen ser débiles. Nuestra actitud hacia el trabajo (especialmente mientras aguardamos un ascenso), revela la clase de líderes que seremos. Aquellos que esperan, que no se entregan, no suelen llegar muy alto dentro de su empresa.
¿Qué hay de ti? ¿Eres una persona que cree que “tiene derecho” a un rol de liderazgo? ¿Crees que la empresa “te debe” el cargo? ¿Esperas a recibir lo que “mereces” antes de “dar” todo de ti?
Si la respuesta es “Sí”, deberás analizar cómo estás gestionando tu carrera. Hay un precio muy alto a pagar para quienes evitan esforzarse hasta obtener lo que sienten que se ganaron. Los verdaderos líderes lo son por su accionar, no por el título o la posición dentro la una organización.
En el Gut Check de esta semana preguntamos: ¿Esperas recibir antes de dar?
Fuente: Vince Molinaro – Global Managing Director, Líder de Estrategias para Lee Hecht Harrison.
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