“No tengo ningún talento especial. Sólo soy apasionadamente curioso”, Albert Einstein
Todos tenemos talento propio, el problema es reconocerlo. “Cuando descubres ese talento que te hace especial, es genial porque sabes lo que puedes aportar, lo valoras, y no te empeñas en dar algo para lo que no estás capacitado. Te sientes bien, y dejas de compararte con otros porque te empiezas a valorar y encuentras tu sitio”.
Las personas que encuentran su talento son personas activas, que se ponen objetivos y toman acción para conseguirlos, y que si ven que los resultados no son favorables, entonces, lo reconocen, lo aceptan y toman nuevas iniciativas. Aprenden y siguen adelante.
No hace falta que cambies tu profesión. Quizás puedas aplicar ese talento en tu actual trabajo y sentirte bien por ello. Ese puede ser tu talento y lo puedes ir refinando, puliendo y aplicando en tu día a día.
• Centrarse en lo que tú puedes hacer y no mirar afuera para compararte y pensar ese sabe más, o lo hace mejor.
• Hacer y explorar, de tus errores saca una conclusión sencilla y sigue hacia adelante.
• Observarse y poner atención, también en las pequeñas cosas. Hacerse las siguientes preguntas: ¿qué cosas haces bien? ¿qué te sale de manera fácil? ¿disfrutas haciéndolo?
• Identificar esa actividad y seguirla mejorando.
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