¿Te distraes fácilmente? ¿Te sientes desmotivado y con poca energía? Te brindaremos una fórmula para que puedas rendir al máximo sin sentirte agobiado.
1: Planificación
Tienes que tener un plan de “acción” y no de mera “reacción”. Primero debes tener en claro qué cosas ayudan y qué perjudican y, obviamente, eliminar esto último. En tu rutina existen comportamientos o hábitos que no responden a tus necesidades, sino a las de otros. Por eso, lo primero que harás, si comienzas el día respondiendo mensajes, será alejar el celular y la computadora.
Luego, apenas te levantes, harás tu plan del día, anotando:
• 3 Proyectos o actividades a los que vas a dedicarle tu atención en el día.
• Personas a contactar para poder realizar estas actividades.
• Acciones concretas para desarrollar los proyectos mencionados (no sirven las abtracciones).
• 2 Cosas que no puedes dejar de hacer hoy (que no pueden posponerse ni suspenderse por motivo alguno).
Una vez que hayamos completado esa lista, recién entonces tendremos un plan para comenzar el día.
2: Disciplina vs Impulsos
Ningún plan sirve si lo descartas al primer impulso. Debes aprender a dominar tus emociones. Tienes que entrenar para fortalecer tu disciplina. Para ello, sugerimos dos ejercicios:
• En foco: durante tres bloques del día, de una hora cada uno, te “desconectarás del mundo” para concentrarte en la tarea que has elegido. Apagarás celulares, computadoras y evitarás cualquier tipo de distracción. Puedes poner el cartel de “no molestar” en tu oficina o espacio personal. Pasada la hora, podrás distenderte con otras actividades.
• Aprende a decir “NO”: Incorpóralo en tu vocabulario. Si pretendes ser eficiente, toma consciencia de las veces en el día que dices “no”. Hay llamados, reuniones, favores y tareas que debes rechazar. Debes vencer el miedo a decir que no y aprender a priorizar.
3: Evaluación y Medición:
Si has seguido los consejos previos, habrás mejorado bastante. Pero es necesario comprobar la propia evolución mediante algún tipo de registro. Tienes que saber comparar lo obtenido con lo deseado. Debes saber con claridad, en qué punto te encuentras ubicado dentro de tu plan de acción. Debes saber evaluar cómo has manejado los tiempos, qué objetivos cumpliste y cuáles faltan. Esto no sólo es importante para mantener un registro, sino para ayudar en tu motivación. Notar resultados genera satisfacción y aumenta la autoestima.
Por último, ten presente que todo es práctica. No debes quedarte con consejos, teorías y fórmulas. Debes accionar: no hay otra manera. Te sorprenderás gratamente si logras cambiar tus rutinas.
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