El mercado laboral actual es altamente competitivo y triunfan, al igual que en la Teoría de la Selección Natural de Charles Darwin, sólo los más aptos. Hay que adaptarse a los cambios, ser resilientes, crear una marca personal, desarrollar nuestro talento y construir nuestra empleabilidad.
Puede que tu trabajo no te satisfaga y quieras, internamente, un cambio pero no te animas: la situación económica actual no permite “elegir” y prefieres aferrarte a un empleo que aborreces, pero permite pagar tus cuentas. Puede que te arrepientas por la carrera que emprendiste, porque no te dio los resultados que esperabas o ha quedado obsoleta. Sientes que todo cambia a una velocidad vertiginosa y no logras ponerte a tono. Debes salir del problema en busca de soluciones porque el mercado laboral no admite errores o cuesta mucho tiempo y esfuerzo corregirlos.
Te brindamos algunos consejos para evitar los 10 errores más comunes:
1. Desconocer qué carrera tomar
Es cada vez más difícil orientar a las nuevas generaciones acerca de los caminos a seguir, porque el mundo laboral ha variado muchísimo en los últimos años y los trabajos que eran garantía de éxito han desaparecido. Saber qué carrera elegir es una decisión vital que lleva tiempo, pero hay que tener en cuenta que siempre se puede y se debe variar. Más allá de los conocimientos específicos de cada profesión, es conveniente desarrollar habilidades: sociales, organizativas, competencias, etc.
2. Desconocer tus capacidades:
Los reclutadores observan más las capacidades de los potenciales empleados que sus conocimientos técnicos. Por eso, aunque cuesta muchísimo aconsejar sobre las carreras más adecuadas lo cambiante del contexto, se pueden detectar cualidades que ayudarán a definir perfiles con futuro. Si no trabajas en el desarrollo de tu empleabilidad.
3. Optar por el dinero en lugar del desarrollo:
¿Es mejor ganar mucho en un trabajo que detestamos o ganar poco en uno que nos gusta? Dilema difícil de resolver. Toda ocupación que nos genere felicidad, sensación de realización, genera valor; por lo que el dinero no tiene tanto que ver con la satisfacción laboral (aunque sea un factor importante).
4. Nunca fui feliz en el trabajo
La felicidad no tiene que ver con la actividad que uno realiza sino con aquella en la que uno se siente pleno. Por eso, insistimos en que es importantísimo conocerse a sí mismo para saber qué conocimientos y habilidades tenemos, qué nos motiva y qué disfrutamos. Sólo así uno puede elegir “el mejor empleo del mundo”.
La denominada tendencia del “happyshifting”, o búsqueda de la felicidad laboral, establece que es el empleo la fuente que nos aporta felicidad, desarrollo y sentido de plenitud en nuestras vidas. Que de nada sirve quedarse en un trabajo que uno aborrece, si eso le suma estrés y le resta calidad de vida. Explica que para triunfar uno debe saber qué talento, conocimientos y sueños tiene. En contrapartida, las empresas buscan creatividad, innovación, adaptabilidad para favorecer su crecimiento. Los “happyshifters”, necesitan saber que su actividad tiene un sentido; se plantean lo que quieren ser y hacer y son inconformistas.
5. Quiero un trabajo para siempre
Los trabajos ya no son para toda la vida, se ha eliminado la perdurabilidad. La duración promedio es de 5 años. Los períodos se acortaron y suelen ser por proyectos y dependiendo de la competencia que el puesto requiere. Por lo que siempre hay que capacitarse y actualizarse. Sólo si uno está preparado tiene la posibilidad de elegir el tipo de empleo y los ciclos en los que realizarlo.
6. Tengo miedo de dejar mi empleo actual
Tanto empleado como empleador deben entender que todo rol que se ocupa, sirve un propósito, cubre un interés y deben estar alineados. También deben establecerse reglas de juego claras; ya no se trata de “resistir” en un empleo; uno debe encontrar satisfacción en él sino solo hallará apatía y depresión. SI pese a todo, conservas un empleo que aborreces, intenta encontrar aquellas habilidades que puedes potenciar estando allí.
7. No me animo a crear mi propio emprendimiento
En esta tendencia actual hacia la búsqueda de la felicidad, los happyshifters cuestionan su carrera e intentan cambiar dentro de la organización en la que se encuentran (emprendedores internos) y, los más osados, generan su propio emprendimiento. Si ves problemas donde otros ven oportunidades, si los desafíos te frenan en lugar de empujarte, o si no te gusta lo desconocido, no eres un emprendedor. Puedes buscar otro tipo de cambios más sutiles, pero no seas nunca conformista.
8. No sé pedir un ascenso
No te quedes a esperar a que el reconocimiento venga solo. La humildad, en este caso, no es una virtud. Si eres invisible, nadie reconocerá tus logros. Debes destacarte: nada de timidez. Hazte una reputación. Proyecta seguridad y eso te ayudará a ganar respeto.
9. No consigo que reconozcan mi trabajo
Lamentablemente, en todo trabajo, hay gente que hace mucho y no se la reconoce, y quienes hacen muy poco y “salen en la foto”. Pregúntale a tu jefe si realiza evaluaciones de desempeño o si nota qué carencias y cualidades tienes para ser empleable.
10. Nunca se crear mi marca personal
No se trata de decir, sino de hacer. No puedes ir contándole a todos lo bueno que eres, debes respaldarlo con hechos. Tampoco se trata de notoriedad sin contenido, sino de mostrar tus valores, tus cualidades y logros. Solo desarrollando tu marca, crece tu valor, aumenta tu empleabilidad y aumentas tus posibilidades de elegir empleos y no al revés.
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