Con una suba del 27 por ciento este año y una proyección del 20 para 2018, los salarios fuera de convenio le ganarán por primera vez a la inflación y a las paritarias. Cuánto cobra cada posición. Por qué afirman que la meritocracia, ahora sí, viene para quedarse.
Sueldos por ascensor, inflación por escalera. Luego de años en los que los salarios ejecutivos se quedaban sin aire corriendo desde atrás a la suba de precios, 2017 mostró la tendencia contraria. El número del aumento con el que cerrará este año es entre 26 y 27 por ciento, coinciden las principales consultoras. Alrededor de 5 puntos por encima de lo que se espera que sea la inflación para el mismo período.
“A diferencia de los anteriores, este año se ve un recupero salarial. Antes, las remuneraciones terminaban igual o por debajo del índice de inflación. En 2017 hay claramente una recuperación”, asegura Damián Vázquez, socio de PwC. Según sus cálculos, este año concluirá con un aumento del 27 por ciento, el menor en términos nominales desde 2013.
Mercer, por su parte, aporta números similares. Su directora General, Cecilia Giordano, explica: “La mayoría de las compañías dieron un aumento de 15 por ciento en el primer semestre. Ahora estaremos en un 10 por ciento más, por lo que el año cerrará en 26,5 por ciento”. Sin embargo, admite que la sensación, todavía, es de un retraso en relación a las pérdidas de los años anteriores: “Creemos que la tendencia hacia el futuro es similar y los aumentos serán mayores a la inflación”.
Nicolás Rocha, Executive manager de PageGroup, cuantifica la recuperación del salario real: “En promedio, se espera que sean 4 puntos porcentuales de aumento por encima de la inflación. En los años anteriores, buena parte de las compañías no había podido acompañar la suba general de precios, sobre todo en mandos medios y altos”.
Esto genera, así, un debate en el mercado: si el ajuste salarial debe ser hacia el futuro o sobre el pasado. “Se está haciendo sobre la inflación de este año. Ya hubo una pérdida de ingreso, pero como la inflación se va a estabilizar, no estarán por encima del 25 por ciento”, distingue Gustavo Pina, director del área de Professionals y RPO en Randstad Argentina. En este planteo, la política no es ajena. “Notamos más perspectivas en estas elecciones que en las presidenciales”, admite el ejecutivo, quien agrega que algunos clientes están buscando posiciones porque anhelan –y, en muchos casos, concretamente planean– posicionarse como centros de exportación de servicios. “Nos están sondeando. Hay una conciencia de atraer talento. Es la próxima pelea”, detalla.
El tema, entonces, es si se trata de un aumento genuino o una reparación tras años de pérdidas. Javier Carballo, director de Aon Hewitt, no duda: “Ahora uno ve 26 contra 21 por ciento. El año pasado fue al revés: 34 contra 41 por ciento. Las empresas están compensando ese desfasaje”.
Otra de las consecuencias de estos años de inflación es la dispersión en materia de remuneraciones según la posición. “Es difícil hacer un promedio exacto del mercado. Hay empresas que tuvieron que ajustar fuerte a principio de año por retrasos anteriores. Y los sectores que más aumentos dieron fueron los que venían más desfasados”, plantea Juan Manuel Cueto, Managing partner de Wall Chase. Así, mientras espera el último ajuste, que el grueso de las compañías suele dar en octubre, proyecta un 26 por ciento al final del día, número más “calmo” que responde a la desaceleración de la inflación.
De hecho, para Ezequiel Palacios, director Asociado de Glue Executive Search, cuando empezó el año se esperaba un 30 por ciento, que después disminuyó. Especializado en la búsqueda de puestos gerenciales en adelante, asegura que en su nicho se vislumbraba una gran dependencia respecto al clima electoral: “Nos iba a influir mucho lo que pasara en las elecciones, porque es un negocio muy sensible. Y luego de las primarias tuvimos muchos pedidos de cotización. Con el resultado que se vio, se supone que seguirá el mismo rumbo y llegarán las inversiones”. Así, sus perspectivas para el año que viene son buenas, con un repunte del negocio de búsquedas.
En este sentido, las proyecciones de Willis Towers Watson fueron similares. “Las empresas iniciaron el año con un presupuesto salarial que rondaba el 30 y 31 por ciento”, destaca Marcela Angeli, directora de Talento y Compensaciones, quien informa que esos presupuestos “habían sido confeccionados entre septiembre y octubre del año pasado, donde algunas compañías terminaron haciendo un copypaste de lo que estaba en 2016”. Las cosas, no obstante, cambiaron varios puntos. Y, ante esta realidad de que la inflación se desaceleraba, las organizaciones empezaron a revisar el presupuesto salarial y establecieron el número: 26,5 por ciento, con algunos sectores “un poquito más agresivos”, según la ejecutiva, más cercanos al 28 o 29 por ciento. Con esta apreciación coincide Eduardo Suárez Battán, socio fundador de Suárez Battán y Asociados: “Las empresas arrancaron con expectativas de entre 25 y 30 por ciento, porque eran escépticas respecto a las metas del Gobierno. El segundo pico de aumentos vendrá en octubre y la sensación es que las aguas están bajando. Todo se está moderando, lo que es positivo”.
Puertas adentro de Korn Ferry Hay Group comenzaron el año escribiendo 26,8 por ciento de aumento, aunque después corrigieron el decimal. “Pasado el primer semestre, fue de 26,1 por ciento. Se desacelera un poco, no mucho, pero es una muestra. Está todo sujeto a la inflación”, considera Ignacio Martínez Escalas, gerente de Servicios de Información Salarial de la consultora, para quien, como ve a la inflación para este año en un rango de entre 21 y 23 por ciento, los salarios van a estar por arriba.
Ignacio Gabancho, director de Spring (Adecco), siembra algunas inquietudes: “Como viene pasando en años anteriores, los ajustes van a estar de la mano de la inflación. Hay todo tipo de escenarios”. Aunque, en su opinión, el presente próximo va a estar “entre el 20 y 25 por ciento”, porque duda que las compañías tengan budgets para más. “Van a tender al punto más bajo de inflación”, considera.
Más optimista, en cambio, se muestra Edgar Medinaceli, socio local de Russell Reynolds: “La inflación sigue siendo alta pero está en baja. Las empresas tuvieron un mal año en 2016 y hoy están recuperando un poco. Pero hay perspectivas muy positivas para el año que viene. Con lo cual, el ajuste por inflación que se da está en medio de la tensión de que se ha tenido un mal año, pero que hay que prepararse para una etapa más expansiva. No quieren perder gente justo ahora, por lo que buscan ser competitivas en lo salarial”.
Gustavo Aguilera, gerente de Capital Humano de ManpowerGroup Argentina, asegura que “el desafío de los últimos años ha sido acompañar la inflación, pero que esto no garantizaba la competitividad del mercado”. Aguilera tiene sus propios números para este año: un aumento que no estará por debajo del 22 por ciento ni por encima del 24 por ciento.
Frente a la desaceleración
Transcurridos dos tercios del año, parece realmente difícil que se pueda llegar a la meta de inflación propuesta por el Gobierno, que era de un 17 por ciento como máximo. Sin embargo, la percepción general y los datos son claros respecto a una clara desaceleración del proceso. En este contexto, Matías Ghidini, general Manager de Ghidini Rodil, asegura que en las etapas de selección y negociación el tema salarial tiende a perder relevancia: “Deja de ser el tema excluyente en la agenda de los ejecutivos. No es que desapareció, pero tiene menos peso relativo. Hay confianza en el futuro, en que se normalice la economía, en donde los ajustes por inflación serían secundarios”.
Desde Valuar calculan un aumento que rondará el 25 por ciento. Pero el foco no lo ponen ahí, sino en las consecuencias: “Hasta el año pasado, por el nivel de inflación, a la gente no le convenía cambiarse por menos de un 35 o 40 por ciento del sueldo, porque perdían el bono y no iban a recibir el próximo ajuste. Había un desfasaje grande, entonces las empresas tenían que salir a captar gente con menor experiencia de la que necesitaban. Hoy las expectativas están más balanceadas y los candidatos evalúan opciones por menos del 30 por ciento”, desarrolla Sofía Scagliotti, gerente de Negocios regional de la consultora.
Otro tema que se acercó a la mesa es la posibilidad de reducir la cantidad de aumentos por año. Korn Ferry Hay Group publica esta tendencia, que probablemente continuará si la inflación sigue a la baja: la cantidad de empresas que aplicaron un solo ajuste de salarios este año subió de 14 a 22 por ciento, mientras que aquellas que lo dieron en dos veces pasaron de 76 por ciento a 73. Además, la cantidad de firmas que dieron tres ajustes bajó de 31 por ciento a 18. La tendencia se vio en aquellas que dieron más de tres ajustes: bajó de 6 a 3 por ciento. “La previsibilidad de una inflación que cae tracciona ajustes de tres a dos y de dos a uno”, señala Martínez Escalas, quien pone los dedos sobre su monitor y explica: el índice de tres aumentos bajará “un poco” en 2018, mientras que el de uno subirá. “Este bajará mucho”, explica, cuando habla del de cuatro aumentos.
Medinaceli explica que la disminución de la cantidad de particiones salariales depende de la aceleración general de precios. “Con una inflación de 20, no se dará un solo aumento. Si el año que viene está en 12, esperemos, quizás lo que suceda es que se dé un 10 y después un ajuste chico. Y al siguiente año, si está en 7, un aumento solo. Pero es una dinámica difícil de romper. La gente está acostumbrada”, dice. Su colega Suárez Battán coincide en que en un solo aumento seguramente llegue cuando haya un dígito de inflación. “Todavía con 15 por ciento el año que viene es alto. Igual, habrá cambios. La mayoría dará dos y tenderá a uno, dentro de lo posible”.
Sacan punta
Mientras se encargan del último aumento del año, las empresas saben que tienen que empezar a pensar en 2018. ¿Continuará la desaceleración de la inflación? A diferencia del análisis de este año, las proyecciones para el que viene son disímiles. Sin embargo, todos coinciden en un punto: se prevén aumentos que nuevamente superen por algunos puntos a la inflación. De esta forma, seguirá la tendencia de recuperar lo que se perdió en los años anteriores. El más optimista es Medinaceli: “Lo que pase en el último trimestre va a ser clave. Hay una combinación de factores. Nadie se anima a dar un pronóstico y es difícil pensar en menos de 15 por ciento. Pero yo creo que estaremos entre 12 y 15”.
Hacia allí también apunta Suárez Battán, quien asegura que hay planes optimistas que prevén “alrededor de 14, 15 por ciento”, aunque aclara que varía mucho por sector. Para Carballo, sin embargo, todavía hay dudas. Se anima, sin embargo, a proyectar la inflación, “todavía en veremos”, pero que podría estar entre un 15 y 18 por ciento, a diferencia del 21 de este año.
“Algunos ven 15 por ciento, pero es prematuro”, observa Ghidini. Su cálculo es que el aumento no será mayor al de este año y que “pensar en 20 por ciento es lo más prudente”. Cueto, en la misma línea, revela que las empresas “están apuntando a 20 por ciento. Un poco más o un poco menos, eso es lo que empiezan a poner en los presupuestos”.
Los cálculos de Mercer, según Giordano, están en pleno proceso y aún no hay una estimación específica, aunque supone que estarán, también, entre 18 y 20 por ciento. De la misma manera, PwC también se encuentra en pleno cálculo. Vázquez arriesga un pronóstico: “La tendencia va a ser parecida a la de este año. Inflación en baja y salarios un par de puntos por encima”. Mariela Rendón, Managing Advisory People & Change de PwC, lo complementa: “El número empezará con 2 nuevamente. No ya con un 3, como antes, pero tampoco con un 1”. Martínez Escalas también comparte las “proyecciones preliminares: mínimo 16, máximo 20 por ciento para 2018.
Fuente: Apertura
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