Con mucha rapidez ha llegado la mitad del año, las vacaciones son del pasado y se siente la fatiga asociada al estrés laboral que parece estar instalado como una de las grandes enfermedades de nuestro tiempo. Sabemos también que no hay soluciones mágicas, pero si podemos aplicar algunas sugerencias que nos harán sentir mejor.
«Si crees que el problema esta ahí fuera, para. Ese pensamiento es tu problema», Stephen Covey
En nuestra vida diaria hay situaciones que podemos gestionar, porque dependen de nosotros y otras que sencillamente tenemos que aceptar. “Adoptar una mentalidad flexible”, el saber que estamos rodeados de imponderables que no vamos a poder controlar y que incluso pueden afectar a nuestros objetivos profesionales en cualquier momento, es clave para evitar episodios de estrés y mantener nuestra tensión a un nivel saludable.
El eterno recomendado “Ejercicio” es otra estupenda forma de liberar endorfinas y relajarnos, dejando atrás los problemas y tensiones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra jornada laboral.
Cada vez más estudios demuestran que tener un perro o un gato, realmente ayuda a disminuir nuestro nivel de estrés. Esto se produce porque probablemente son los únicos que nunca nos van a juzgar, nos hacen compañía y generalmente se alegran de vernos cuando volvemos a casa.
Generar “Tiempo libre”, a veces la causa profunda del estrés se encuentra en el hecho de que no tenemos tiempo para dedicarnos a algo que realmente nos guste. Tener un hobby, reservar tiempo para leer, poder quedar con nuestros amigos, etc. son pequeños lujos que el estilo de vida moderno se empeña en limitar.
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