A juzgar por las apariencias, el mercado laboral privado en Argentina repite continuamente ciclos de crecimiento y retracción.
La demanda de trabajo por parte de las empresas sigue el humor inestable de la macroeconomía, generando una ola expansiva de incertidumbre en el empresariado y los empleados de las organizaciones.
El descontento generalizado en muchos casos tiene un sustento firme, pero en otros supone un hábito nocivo, arraigado con fuerza en la psicología colectiva.
En ese sentido, en una investigación reciente de nuestra consultora, realizada a más de 2.000 personas, el 77% de los consultados aseguró que los sueldos estarán por debajo de la inflación en 2017.
Esto refleja el clima de pesimismo en uno de los temas más sensibles del mercado.
Nuestra experiencia indica queel 2017 empezó con un nivel estable y sostenido de búsquedas laborales, fundamentalmente en el área de mandos medios y analistas.
La incorporación de nuevos profesionales se destaca en las pequeñas y medianas organizaciones, mientras que las multinacionales parecen más cautelosas a la hora de contratar.
Esta línea estable en la demanda no es circunstancial o azarosa, sino que lleva algunos años. Es cierto que se observan ciclos, condicionados en gran parte por la marcha de la economía y puestos en riesgo por la inflación, pero los procesos de búsqueda y selección de personal terminan trascendiendo los vaivenes de los gobiernos de turno.
Al menos eso es lo que se observa a partir de nuestra experiencia.
El dato es positivo. En ese marco, las carreras técnicas y duras (Sistemas, Finanzas, Ingeniería) siguen siendo las más requeridas y por ende las mejores pagas, en términos generales.
Por otro lado, el 34% de los encuestados de nuestra investigación indicó que lleva menos de un año de antigüedad en su trabajo, mientras que el 36% entre 1 y 4 años.
Esto mostraría que las personas se inclinan hacia estadías relativamente cortas en las organizaciones, aunque el 13% lleva más de 8 años trabajando en una misma empresa.
A modo de síntesis, podemos decir que la demanda de profesionales está activa y con perspectivas de mantenerse en pie.
Dependerá en gran parte del rumbo económico del país, la reactivación definitiva del mercado y el desarrollo de los principales sectores productivos que impulsan la demanda de mano de obra calificada, además de la apuesta de los empresarios por inversiones de mediano y largo plazo.
Fuente: IProfesional.com
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