El principal problema es el escaso dominio de la lengua y un vocabulario pobre. No se puede ir a una Entrevista sin el dominio que se dijo tener del idioma, sea Inglés u otro.
Una guía de preparación, para no cometer los errores frecuentes, puede ser la siguiente:
Carencia de un discurso preestablecido. La idea es no llegar a improvisar a la entrevista. En ese sentido, se recomienda definir, previamente, los mensajes en inglés que se quieren dar en materia de experiencia, logros, desafíos y fortalezas y, además, leer y estudiar sobre aquellas tendencias o temáticas vinculadas al área a la que se postula, para así mostrar un mayor know-how y dominio del idioma.
No practicar palabras o frases complicadas. Existen diversas maneras de ir mejorando la pronunciación, desde grabarse la voz hasta ejercitar ese aspecto con la ayuda de un familiar o amigo que sea bilingüe. Tambien se puede recurrir a diferentes sitios en internet que sirven de guía y apoyo. La mejor forma de progresar es trabajar y ser constante. Nada llega sin esfuerzo.
Falta de cuidado en la dicción. Hablar muy rápido o con una mala modulación en inglés puede generar una serie de inconvenientes, tales como falta de claridad, poca comprensión y hasta ser mal interpretado.
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