Reclutadores y selectores de Recursos humanos reciben cientos de currículums (entre 500 a 5000 por mes para diversas búsquedas). Se estima que le dedican menos de un minuto a la lectura de cada uno, por lo que mucha de la información allí volcada no suele ser chequeada. Y al corroborar la veracidad de la información, sorprende la cantidad de “errores” que suelen encontrarse.
Aunque no existen estadísticas oficiales, los expertos estiman que entre 10% a 30% de los candidatos distorsionan la información para mejorar sus posibilidades. De acuerdo con una encuesta realizada en 2014 por el sitio CareerBuilder, el 57% de los aplicantes exageran sus conocimientos, a la vez que un 55% lo hace con respecto a sus tareas y responsabilidades.
En cuanto a la educación, muchos incurren en fraude; dado que un 33% de los candidatos miente en este punto. Hay quienes dicen haberse graduado de determinada institución, cuando ni siquiera han ido a clases en la misma. La mentira más común es la exageración: en más de una oportunidad, el candidato asistió a clases en la universidad que describe, pero no llegó a graduarse (por el motivo que fuere) o le faltaron pocas asignaturas o créditos para obtener su diploma, por lo que infiere que, mentir al respecto “no es grave” e incluye el título en su CV. Irónicamente, el hecho de que le faltaran pocas materias para graduarse no es grave, pero mentir en el currículum sí lo es. De acuerdo a este estudio de CareerBuilder, el 51% de los empleadores descartarían a un candidato si descubrieran incongruencias en su currículum.
Aún respecto de las habilidades o cursos incompletos, siempre es mejor decir la verdad. La honestidad y la certeza suman en una entrevista laboral. Por ejemplo, si un candidato no logró terminar su carrera universitaria por un motivo de fuerza mayor (como ser la muerte de un familiar o una enfermedad grave y abandonó para tener un empleo que sostuviera a su familia, habla del empuje, la proactividad y la voluntad de salir adelante, más que del hecho de que tenga diploma o no.
Otra mentira muy común es la de “ascender” en el cargo, mintiendo sobre la posición desarrollada y las responsabilidades de la misma. Quienes están en plena búsqueda de empleo, suelen aumentar su cargo, su rol y, por sobre todo, su salario, suponiendo que un futuro empleador nunca ofertaría menos dinero. Fraude que se descubre de forma inmediata al contactar al antiguo empleador. Quien quiere contratar, no se fija en el nivel que el candidato quiere tener o la cifra que quiere ganar, sino en las habilidades y posición que realmente supo desempeñar.
En otros ítems en los que se encuentran eufemismos varios son: “razón por la que abandonó su empleo” y “logros alcanzados”. Son áreas difíciles de comprobar, abstractas y de las que no suele brindarse demasiada información. La única información que suele compartirse entre empleadores es la fecha de alta y baja en la organización y el cargo ocupado. Los motivos por los cuales una persona fue desvinculada de una empresa, suelen mantenerse privados.
En síntesis: NO MIENTA EN SU CURRÍCULUM. No sólo puede costarle la entrevista, sino el trabajo (si es que consigue el puesto para el que aplicó con sus mentiras); y lo más importante: su reputación.
Las mentiras más comunes en los currículums:
• Educación: Incluir el título o diploma de una institución a la que jamás se asistió, agregar “honores” nunca recibidos o incluir el título de alguna institución “online”, incomprobable.
• Tarea realizada: Describir una posición inventada, o subir uno o más cargos en el escalafón, con la esperanza de obtener una mejor oferta salarial.
• Salario: Aumentar la remuneración percibida o pretendida para asegurarse una paga major por parte del futuro empleador.
• Razón por la que dejó su empleo: Decir que fue una reducción masiva de personal, cuando la desvinculación fue a causa del rendimiento. Decir que se trató de una renuncia por motivo personal, cuando en realidad, fue un despido; ocultar por completo problemas en la relación con los superiores.
• Logros: Exagerar la participación y contribución dentro de un equipo de trabajo; adjudicarse reconocimientos especiales (jamás obtenidos), aumentar el grado de contribución en aspectos importantes del negocio.
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