La entrevista telefónica suele ser el primer filtro en un proceso de selección. Muchas empresas en Argentina utilizan esta modalidad para conocer a los candidatos antes de convocarlos a una entrevista presencial o virtual más extensa. Aunque pueda parecer menos formal que un encuentro cara a cara, prepararse bien es clave: en esos minutos iniciales podés generar una buena impresión o quedar descartado rápidamente.
A continuación, una guía completa con consejos prácticos para que afrontes con éxito tu próxima entrevista telefónica.
Tomá nota de todos los detalles de la entrevista
Cuando recibas la invitación a una entrevista telefónica, asegurate de tener a mano:
- Fecha y hora exacta de la llamada (considerá posibles diferencias horarias si la empresa tiene sede en otro país).
- Nombre del entrevistador o reclutador que se comunicará.
- Nombre de la empresa y, si corresponde, del área a la que aplicás.
- Cargo al que te postulás. Esto es importante si estás participando en varios procesos a la vez.
Un error común es confundirse de empresa o de puesto porque uno está en múltiples búsquedas. Para evitarlo, podés llevar una agenda laboral donde anotar todos los procesos en curso. Además, confirmá que la empresa tenga el número correcto para comunicarse con vos.
Investigá antes de la entrevista
Una de las principales cosas que los reclutadores argentinos valoran es que el candidato muestre interés real por la empresa y el puesto. Prepararte demuestra seriedad y motivación. Para eso:
- Revisá la página web oficial de la empresa, sus redes sociales y, si es posible, alguna noticia reciente en medios locales.
- Leé en detalle la descripción del puesto. Identificá qué competencias resaltan (por ejemplo: trabajo en equipo, proactividad, manejo de determinadas herramientas).
- Repasá tu CV para recordar la información que enviaste y estar listo para explicar tus experiencias previas.
Un recurso útil es anticipar las posibles preguntas y practicar respuestas usando el método STAR (Situación, Tarea, Acción y Resultado). Además, podés armar tarjetas con frases clave o logros que quieras mencionar.
Prepará tus propias preguntas
Muchos reclutadores valoran que el candidato haga preguntas, porque refleja interés y pensamiento crítico. No hace falta que sean muchas; con dos o tres alcanza. Por ejemplo:
- “¿Cómo suelen ser los programas de capacitación dentro de la empresa?”
- “¿Qué características consideran más importantes para que alguien tenga éxito en este puesto?”
- “¿Cuál es el estilo de trabajo del equipo al que me incorporaría?”
Hacé preguntas que te ayuden a evaluar si la cultura y la dinámica del puesto realmente encajan con tus objetivos.
Elegí un lugar adecuado para la llamada
El contexto puede jugarte a favor o en contra. Para evitar distracciones:
- Buscá un lugar silencioso. Si vivís con tu familia o compartís departamento, avisales con tiempo que vas a estar en una entrevista.
- Si tenés chicos a cargo, pedí apoyo a alguien para que los cuide durante ese momento.
- Cerrá ventanas o puertas si el ruido externo puede interrumpirte.
Un ambiente tranquilo no solo ayuda al entrevistador a escucharte bien, sino que también te permite estar más concentrado.
Practicá antes del día de la entrevista
Ensayar es una de las mejores maneras de ganar confianza. Podés pedirle a un amigo o familiar que te haga preguntas simulando la entrevista. Otra opción es grabarte con el celular y escuchar cómo sonás. Prestá atención a:
- La claridad de tu voz.
- El ritmo de tu habla (evitá hablar demasiado rápido por los nervios).
- Si transmitís interés y entusiasmo.
Un truco efectivo es sonreír mientras hablás: aunque no te vean, el tono de tu voz suena más cálido y positivo.
El día de la entrevista
Para que todo salga bien, asegurate de:
- Tener tu CV impreso o abierto en la computadora.
- Contar con papel y lapicera para tomar notas.
- Preparar tus tarjetas de apoyo con ideas o logros clave.
- Cargar el celular o, si usás línea fija, apagar el móvil para que no interrumpa.
Aunque sea una entrevista telefónica, vestite de forma prolija. Esto ayuda a ponerte en un estado mental más profesional. Incluso, algunas personas prefieren estar de pie durante la llamada porque les da más energía y seguridad.
Durante la llamada
Conectate mentalmente con la entrevista unos minutos antes. Respirá profundo y mantené la calma.
Durante la conversación:
- Sé educado y profesional desde el saludo inicial.
- Si la línea se corta o no escuchás bien, avisalo de inmediato.
- Mostrá interés y entusiasmo en tu tono de voz.
- Respondé con claridad y confianza, evitando respuestas demasiado largas o confusas.
- Dejá un segundo de silencio antes de responder para no interrumpir al entrevistador.
- Si no entendés una pregunta, pedí que te la repitan sin problema.
Después de la entrevista
Antes de despedirte, agradecé al entrevistador por su tiempo y preguntá cuándo podés esperar una respuesta sobre el resultado.
Luego, tomate un momento para reflexionar:
- ¿Qué puntos salieron bien y deberías repetir en la próxima?
- ¿Hubo algo que podrías mejorar (como dar ejemplos más concretos o responder con más seguridad)?
Una buena práctica es anotar estas observaciones para que cada entrevista sea una oportunidad de aprendizaje y mejora continua.
Conclusión
La entrevista telefónica puede parecer un paso menor, pero en la práctica es decisiva: muchas veces define si avanzás o no en el proceso. Prepararte con tiempo, cuidar tu comunicación y mostrar interés genuino por el puesto son las claves para destacarte.
Con organización y práctica, podés transformar esa llamada inicial en tu pasaporte hacia la próxima etapa del proceso y, finalmente, hacia el trabajo que buscás.