Asertivo o Insistente: Cómo Encontrar el Equilibrio Justo en tu Búsqueda Laboral

Buscar trabajo puede sentirse, a veces, como un verdadero ejercicio de equilibrio. Querés destacar entre los demás candidatos, demostrar entusiasmo y dejar en claro que sos la persona indicada para el puesto. Pero entre mostrar seguridad y parecer insistente hay una línea muy fina.

En este artículo vamos a ver cómo encontrar ese equilibrio, entender la diferencia entre ser asertivo y ser molesto, y aplicar estrategias concretas para comunicarte con confianza y profesionalismo durante tu búsqueda laboral.

Asertivo vs. Insistente: la diferencia está en el cómo

La diferencia entre mostrarse asertivo y resultar molesto suele estar en tres factores: el tono, el momento y la frecuencia de la comunicación.

Ser asertivo significa expresar interés y poner en valor tus capacidades de forma clara, respetuosa y segura. Por el contrario, la insistencia excesiva, la falta de empatía por los tiempos del proceso o un tono demasiado ansioso pueden dar una impresión negativa.

Por ejemplo, si tuviste una buena entrevista y querés hacer un seguimiento, una respuesta asertiva sería enviar un correo de agradecimiento breve y profesional dentro de las 24 horas posteriores. En ese mensaje podés expresar tu gratitud por la oportunidad, reforzar tu interés en el puesto y destacar uno o dos puntos que te posicionen como un candidato sólido.

En cambio, una actitud insistente sería enviar varios correos o llamadas en pocos días, pedir actualizaciones constantemente o incluso presentarte sin aviso en la empresa. Ese tipo de comportamiento transmite desesperación más que entusiasmo, y puede hacerte parecer difícil de manejar.

Cómo ser asertivo (sin cruzar la línea)

En tu comunicación durante la búsqueda laboral, el tiempo y la forma importan. Podés enviar un correo de agradecimiento dentro de las 24 horas posteriores a la entrevista. Si no recibís respuesta después de una o dos semanas, es válido enviar un mensaje de seguimiento breve y cortés. Pero si insistís al día siguiente o contactás al reclutador varias veces sin dar tiempo a que responda, vas a proyectar impaciencia y ansiedad.

Tu mensaje debe ser conciso, claro y profesional. Evitá correos largos o confusos. Lo ideal es que tu intención se entienda rápido.
Un ejemplo de correo asertivo podría ser:

Quiero agradecerle nuevamente por la oportunidad de entrevistarme para el puesto de Coordinador/a de Marketing. Me entusiasma mucho la posibilidad de sumarme a su equipo, y confío en que mi experiencia en marketing digital puede aportar valor al área. Quedo a disposición y espero su respuesta.

En cambio, un mensaje que transmite ansiedad podría decir:

No he tenido noticias todavía y quería saber si hay alguna novedad sobre el proceso. Estoy muy interesado/a y esperando con muchas ganas. Por favor, avíseme apenas tenga algo.

La diferencia salta a la vista: el primer ejemplo suena profesional, amable y seguro; el segundo, impaciente y desesperado. Un buen truco es leer tu mensaje en voz alta antes de enviarlo. Si el tono te suena ansioso o demasiado insistente, reformulalo. También podés pedirle a alguien de confianza que lo revise.

Respetar los tiempos y los canales del reclutador

Otro punto clave para no parecer molesto es respetar los tiempos y las preferencias de comunicación del empleador.

Si el reclutador te dice que se comunicará en dos semanas, esperá ese plazo antes de hacer un seguimiento. Si aclara que el contacto será por correo electrónico, no lo busques por teléfono ni por LinkedIn.

Por ejemplo, si el reclutador te dijo que te contactará en 15 días y ya pasaron 21 sin novedades, enviar un correo amable es totalmente apropiado. Pero insistir varias veces antes de que se cumpla el plazo o escribir por distintos canales puede ser contraproducente. La constancia es buena, la presión no.

Entusiasmo sí, desesperación no

Mostrar interés genuino en el puesto es positivo, pero la desesperación puede ser una alerta para los empleadores.
Un candidato entusiasta puede decir algo como:

Me entusiasma mucho la posibilidad de formar parte de su equipo. Sigo de cerca el trabajo que realizan y creo que mis habilidades en gestión de proyectos pueden aportar valor.

Mientras que un candidato desesperado podría escribir:

Este trabajo es muy importante para mí y me preocupa no haber tenido respuesta todavía. Realmente necesito esta oportunidad y haré lo que sea necesario para conseguirla.

La diferencia radica en el grado de seguridad y autoconfianza. Los empleadores buscan personas motivadas, no angustiadas.

Mostrá confianza, no arrogancia

La confianza profesional se transmite con lenguaje positivo, realista y medido. Por ejemplo:

Estoy seguro/a de que mi experiencia en ventas y mi capacidad para generar relaciones con clientes pueden contribuir al éxito del equipo. Espero con interés la posibilidad de trabajar juntos.

Por el contrario, frases como:

Sé que soy la mejor opción para este puesto y estoy seguro/a de que usted también lo verá así.

…suenan arrogantes y pueden generar rechazo.

La clave está en comunicar seguridad sin presionar, demostrando profesionalismo, empatía y respeto por el proceso de selección.

Conclusión

Encontrar el equilibrio entre la asertividad y la insistencia es esencial para destacar por las razones correctas. Un candidato asertivo se comunica con respeto, demuestra interés sin presionar, y transmite confianza sin soberbia.

Recordá: tu objetivo es dejar una impresión positiva y profesional, no abrumar al equipo de reclutamiento.

En definitiva, la asertividad no solo te hace más atractivo como candidato, sino que también refleja una de las competencias más valoradas en el mundo laboral actual: la inteligencia emocional.

  • Compartir esta nota

Deja un comentario