Es una reacción esperable experimentar nerviosismo. Las siguientes recomendaciones, enfocadas en atenuar la ansiedad, pueden aumentar las posibilidades de enfrentar con éxito una próxima entrevista.
Es probable que ciertas situaciones, como una entrevista de trabajo, generen nerviosismo, sin importar la seguridad que uno pueda tener. Incluso si se tiene conciencia de estar calificado, responder a cuestionamientos acerca de uno mismo puede resultar desafiante.
Afortunadamente, existen algunas medidas que pueden ser tomadas antes de ingresar a la sala de conferencias o de recibir una llamada, las cuales lograrán reducir la ansiedad, según indica Richard Newman, autor del libro “Elevar tu Impacto”.
“Es del todo común sentir cierto grado de nerviosismo previo a una entrevista”, comenta Newman. “Si uno aborda la situación con un enfoque marcado por el temor y la incertidumbre, ello podría entorpecer el desempeño”.
Para aumentar las posibilidades de un desempeño óptimo en la entrevista, se sugiere la realización de estas cuatro acciones, las cuales tienen el efecto inmediato de mitigar el nivel de estrés:
1. REPASAR VALORES
Un estudio dirigido por J. David Creswell, docente en la Universidad Carnegie Mellon, ha revelado que la reafirmación de los valores personales puede contribuir de manera significativa a la reducción de la respuesta al estrés. Detallado en un artículo académico publicado en Psychological Science en 2005, se llevó a cabo un experimento en el que participaron dos grupos de individuos que iban a asistir a reuniones importantes.
El primer grupo recibió la instrucción de dedicar 15 minutos a escribir acerca de los valores que habían sido fundamentales en la dirección de sus vidas. En contraste, el otro grupo, que no recibió esta instrucción, mostró un incremento mayor en su frecuencia cardíaca, además de niveles más elevados de las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina.
Centrar la atención en los propios valores permite superar el desafío que todos enfrentamos en una entrevista, que es la búsqueda de validación externa. Si uno encara la reunión con el pensamiento de ‘realmente deseo que estas personas perciban lo mejor de mí y me aprueben’, se creará un desequilibrio. Podría concluir la reunión pensando ‘esa no fue mi mejor actuación’. O, en una situación aún más adversa, podría terminar consiguiendo un empleo por haberse adaptado demasiado para cumplir con lo que considera las expectativas de los demás.
Newman sugiere invertir 15 minutos en reflexionar acerca de los tres valores más trascendentales para uno. Se recomienda plasmar cómo han influido en decisiones importantes y, luego, crear una palabra clave que facilite su recuerdo.
2. EJERCITAR LA RESPIRACIÓN
El método de respiración se presenta como una herramienta efectiva para la reducción del estrés. Newman recomienda poner énfasis en la exhalación como un medio para alcanzar la tranquilidad.
El enfoque tradicional sugiere una inhalación profunda. Aunque esto posee un valor en términos de intención, su efectividad es limitada debido a que, en momentos de tensión, se tiende a adoptar una respiración clavicular, caracterizada por ser superficial.
En cambio, se aconseja hacer la transición hacia la respiración diafragmática, la cual puede ser practicada a través del ejercicio denominado “respiración de caja”. Este procedimiento consiste en inhalar durante cinco segundos, seguido de una retención de la respiración por otros cinco segundos para optimizar el procesamiento del oxígeno. Posteriormente, se exhala durante cinco segundos y se hace una pausa de dos segundos.
Este proceso propicia una reequilibración. En un lapso de aproximadamente 90 segundos, se logra una desaceleración en la frecuencia cardíaca y una oxigenación significativa del organismo. El oxígeno presente en el sistema posibilita la descomposición química de la adrenalina. Como resultado, se puede hacer la transición del sistema nervioso simpático, vinculado al estado de lucha o huida, al sistema nervioso parasimpático, asociado al reposo y la digestión.
3. USAR LA VISUALIZACIÓN
La práctica de la visualización puede transformar el presente en una narrativa pasada, resultando en una herramienta eficaz para apaciguar los nervios.
La ansiedad es esencialmente el acto de concebir una versión adversa del futuro. Este enfoque puede invertirse. En lugar de idear una versión negativa del porvenir, concebir la situación en la que uno se encuentra actuando y reaccionando de manera que genere orgullo. Si se repite este proceso de forma regular, se establecerán conexiones neuronales que dirán a la mente: “Oh, estoy familiarizado con esta situación, ya la he experimentado antes. Aquí es donde debo dirigir mi enfoque mientras actúo y reacciono”.
La visualización solo resulta efectiva si se centra en las propias acciones y reacciones, en lugar de enfocarse en las de terceros. De preferencia, Newman recomienda realizar esta práctica en las primeras horas de la mañana o en las últimas de la noche, ya que el cerebro se halla más receptivo en esos momentos.
“Destina al menos 15 minutos de tu tiempo durante dos semanas previas a un evento relevante”, sugiere. “Incluso realizarlo en una sola ocasión te proporcionará ventajas, aunque cuantas más veces lo hagas, mejor será el resultado”.
4. HABLAR CON NUESTRA VOZ INTERIOR
El profesor Steve Peters, autor del libro “The Chimp Paradox”, ha desarrollado una serie de obras que abordan la noción de la “mente de mono”, un mecanismo de supervivencia que antaño protegía a los seres humanos de peligros vinculados a ataques de animales salvajes. Aunque en la actualidad, el estrés provenga de situaciones mucho más civilizadas, la respuesta cerebral es análoga.
“Hoy en día, podemos experimentar estrés ante la perspectiva de una entrevista laboral”, comenta Newman. “El ‘chimpancé’ [en nuestro interior] detecta esta reacción al estrés y sugiere: ‘Oh, podrías estar en peligro en esta circunstancia, tal vez haya un tigre dientes de sable acechando'”.
Para contrarrestar el influjo de la mente de mono, es necesario comprender su tendencia a evaluar el entorno. Por ejemplo, si uno se autoaconseja a calmarse, el “chimpancé” realizará una doble verificación y constatará un aumento en la frecuencia cardíaca, una respiración clavicular y palmas sudorosas. La conclusión será que la tranquilidad no está presente.
Otra frase común que las personas se dicen a sí mismas y a otros es “Puedes hacerlo”. Newman aclara que “el ‘chimpancé’ interpretará esto y cuestionará: ¿a qué te refieres? No tengo certeza de si seré capaz. De repente, la situación se torna agobiante debido a la ausencia de pruebas que respalden tal afirmación”.
En su lugar, se sugiere reformular el diálogo interno. Por ejemplo, en vez de pensar “Estoy nervioso”, uno podría decirse a sí mismo: “Estoy emocionado”.
“El ‘chimpancé’ notará que la frecuencia cardíaca está elevada, la respiración es clavicular y las palmas están sudorosas”, detalla Newman. “Esos mismos signos también corresponden a la emoción, y el cerebro interpretará que eso implica que se disfrutará de la experiencia. En consecuencia, se relaja, permitiendo que uno se desenvuelva exitosamente en dicha situación”.
Asimismo, es posible adoptar frases como: “Estoy en el lugar adecuado”. Según Newman, “al expresarlo, el ‘chimpancé’ puede inmediatamente validar su veracidad. El mensaje subconsciente transmitido es que merezco estar aquí y que la oportunidad de conseguir el trabajo es válida. Si uno se ha preparado para la entrevista y está calificado para el puesto, el ‘chimpancé’ lo confirmará y respaldará. La elección de una afirmación auténtica y gratificante inducirá al ‘chimpancé’ a relajarse, lo que permite acudir a la entrevista con confianza y presentarse de la mejor manera posible”.
La combinación de ejercicios de respiración y visualización, sumada al reconocimiento de las fortalezas personales, puede contribuir a abordar cualquier situación estresante con mayor seguridad.
Estas estrategias pueden transformar la manera de comunicarse. Y así, salir de la entrevista con la certeza de haber hecho todo lo posible para obtener el trabajo se convierte en una realidad.